Guárdate los pensamientos o grítaselos al viento...

Guárdate los pensamientos o grítaselos al viento...

domingo, 12 de mayo de 2013


¿LEYENDA O REALIDAD?

No se me da muy bien contar historias, pero lo intentaré.
Todo esto sucedió hace tiempo, exactamente cuarenta años.
A mí me encantaban todos aquellos momentos en los que los problemas se solucionaban con dos palabras; cuando todos éramos amigos o cuando, simplemente, todo era más fácil. También recuerdo perfectamente aquellos paseos por las calles de Toledo, cuando jugábamos al pilla-pilla. ¡Qué especial era aquello!
Pasados unos 13 años todo cambio, ya nada era lo mismo. Mis amigos eran otros, los problemas no eran iguales y el dinero se acababa por momentos, pero yo era feliz con mi carboncillo y mi cuaderno.
Un día mientras paseaba por la calle Las Bulas oí una voz. Era dulce como un canto de sirena, sin duda era de mujer. Miré hacia atrás y, para mi asombro, no vi a nadie. Decidí ignorarla pero la voz continuaba repitiendo mi nombre. Salí corriendo hacía mi casa, entré a mi habitación y me encerré. Allí cogí mi carboncillo y empecé a dibujar a una mujer.
Días más tarde, cuando todo lo ocurrido ya se había olvidado volví a pasar por la misma calle. Mire hacia los lados y  no vi nada; así que pensé que lo ocurrido el otro día había sido imaginación mía, pero me equivocaba. La misma voz rellenaba el silencio, la misma voz de los días anteriores. Decidí no descansar hasta encontrar de donde venía aquel dulce sonido y cuando estuve a punto de rendirme observé a lo lejos una vieja casa de la que venía aquel sonido tan hermoso, pero cuando llegue a la casa de donde provenía el sonido, estaba completamente cerrada. Más tarde, decidí volver a mi casa y seguir investigando el día siguiente cuando saliese el sol.
Como me había prometido a mí misma, me levanté con el propósito de ir a la casa del sonido envolvente.  Cuando llegué a mi destinado pregunté a un señor que vivía en los alrededores, él me contó que hace unos cuantos años ahí vivía una bella mujer casada con un hombre mayor que ella, el marido salió de la casa un día y la encerró dentro. Nunca se supo nada del matrimonio. En ese momento empecé a oír voces extrañas en mi interior, mi cabeza se estaba volviendo loca, me iba a estallar. 

Esta historia mucha gente cree que es mentira o que, simplemente, es una leyenda, pero algo en mi interior me dice que no es así.   

martes, 7 de mayo de 2013


EL MALDITO ORO DE HÉRCULES


Todo era triste, gris, apagado. Vivía en Toledo y, tanto allí como en otros sitios, la vida era un infierno para gente como yo. Mi nombre es Caín, y soy judío. Vivo en una casa pequeña, modesta, con poco espacio para una familia tan grande como la mía. La Inquisición perseguía a todas las personas que no pertenecían a la religión cristiana, por eso tenía terminantemente prohibido salir de mi casa. Sé que es algo extraño, pero cumplir las normas es la única manera de protegernos.

Eran las tres de la madrugada, llovía, y mi familia continuaba descansando, todos en hilera,  tendidos en el suelo. No pude contener mis impulsos de ver lo que ocurría fuera, mis deseos de permanecer bajo la lluvia por unos instantes, vivir... Salí clandestinamente a la calle, sin hacer ningún ruido. Me sentí feliz, alegre, libre. Iba dando pasos  enérgicos y decididos  por los oscuros callejones, con las manos metidas en mis húmedos y rotos bolsillos, cuando oí un grito aterrador a mis espaldas. Venían de la calle Navarro, eran gritos propios de una joven. Unas voces fuertes acompañaban sus gritos desesperantes. La Inquisición. Me hubiera gustado ayudarla, pero ya era tarde.

Corrí todo lo que pude, hasta adentrarme en la calle de las Gaitanas. Ellos iban detrás, oía su respiración, sus pasos, me observaban. Me paré un segundo, quedé paralizado por un momento, miré a un lado y a otro, estaba atrapado. De pronto, oí una voz, una voz ronca y seca que me hablaba desde una cueva oscura. Salté rápidamente al interior de la caverna. No sé si fue una buena idea, mas no había alternativa. Comencé a llorar, y otra vez a mis espaldas oí la voz ronca, aquella voz tan apagada. Sentí el contacto frío de una mano en mi espalda, y me giré en redondo.
Era un anciano que decía que tenía por nombre Hércules. En su cara llena de arrugas intentaba esbozar una sonrisa, mientras me contaba su historia. Era una bonita e increíble historia, eso había que resaltarlo. Luego continuó e, inseguro, me reveló un gran secreto, una vieja leyenda. Al concluir su historia, me dijo, resumiendo, que en estas cuevas había un enorme tesoro; la cueva estaba repleta de oro, plata y todo tipo de joyas antiguas.

Yo, incrédulo, sonreí  tímidamente creyendo que se trataba solamente de un loco, un enfermo. Pero terminé creyéndole cuando me enseñó el gran tesoro que allí había, era precioso, deslumbrante. Me dijo que cogiera lo que quisiera, que la muerte le acechaba por todas partes, y cuando muriera, cerraría la cueva para que nadie encontrara el tesoro. Aproveché la situación y cogí todo lo que pude, y salí de allí. Antes de que me fuera, el anciano me advirtió que tuviera cuidado con la avaricia que ese oro mágico provocaba en las personas, pero yo estaba seguro de que no me iba a ocurrir a mí.

Caminé hacia mi casa, y cuando vi a mi familia en la puerta, me percaté de que estaban enfadados. Sentí miedo, y sabía que en cuanto me acercara me iban a quitar el oro, y yo no quería que eso pasara. Salí corriendo, huí despavorido hacia las puertas de la muralla. Estaban cerradas, pero rápidamente encontré una salida. Tiré las joyas al otro lado de la muralla, y escalé hasta llegar al borde superior.  Miré atrás, vi a mi familia corriendo hacia mí, a los curas de la Inquisición en una calle esperando, y a un grupo de judíos y musulmanes muertos en el suelo. Las lágrimas fluían de mis ojos, y todo lo veía borroso, pero decidí saltar al otro lado y dejar mi vida atrás.

Huí con el oro hacia el río, y cuando iba a cruzarlo, se me cayó todo. Salté nerviosamente a las gélidas aguas, y por más que busqué, ya no había nada. Mi vida estaba acabada, no podía volver, y no podía sobrevivir. 

Virgen Blanca

Cuenta la leyenda sobre un joven judío, hijo de dos comerciantes, llamado Gabriel.
Gabriel era un chico culto que le gustaba leer y escribir; por eso todas las mañanas las pasaba en la Escuelta de traductores de Toledo.
Allí, en la escuela, pasaba la mañana aprendiendo del resto de traductores con más experiencia y traduciendo pequeños fragmentos. Después de eso, por la tarde, volvía a su casa donde le contaba tolo lo que había aprendido aquel día a su madre.
Un día cuando volvía de la escuela a casa y paso por la Travesía de la Judería, como hacia diariamente, supo que algo malo había pasado al malo había pasado al no ver gente en las calles como era de  costumbre.
Cuando finalmente llego a su casa corriendo casi sin poder respirar, se encontró a su familia tendida en el suelo sin vida. Lágrimas caían por sus mejillas, mientras sus puños se cerraban con todas sus fuerzas.
 Más tarde se entero que la muerte de su familia, y de decenas de más de ellas, había sido debido a que los cristianos habían invadido la judería; eso a Gabriel lo enfureció aún más.
Fue en ese preciso momento cuando Gabriel empezó a tramas un plan de venganza contra los que habían quitado la vida de su familia sin piedad alguna.
Ya de noche Gabriel se dispuso a poner su plan en marcha. Entro dentro de la Catedral de Toledo, y sin que nadie se diera cuenta, robó la Virgen María que estaba perfectamente colocada antes de que él la cogiera.
Ya con la figura de la Virgen en sus manos, Gabriel salió corriendo de allí. Al principio vacilaba sobre donde iba él a dejar el obsequio que le había robado a los cristianos. Decidió ir a la sinagoga "Nadie buscara allí" fue lo que pensó el joven.
Ya allí en la sinagoga la escondió sin que nadie pudiera verla, en el momento en el momento en el que salía de allí, se le dibujó una sonrisa pícara en su rostro mientras pensaba "¿A quién rezareis ahora, vosotros cristianos?".
 A la mañana siguiente, en su  a la escuela de traductores, se dio cuenta de que había una multitud de gente frente a la Sinagoga; curioso se dirigió hacia ella, Gabriel se dio cuenta de que una luz blanca que brillaba como si fuese una estrella. Aquella luz era la de la Virgen que resplandía para que sus seguidores pudieran encontrarla y rezarla.
Nunca se descubrió quien fue el responsable de que la Virgen  llegará hasta allí; pero desde ese día esa sinagoga se empezó a llamar "Sinagoga de Santa María la Blanca".

lunes, 6 de mayo de 2013

El misterio de la bella dama



Sonaban las campanas, tocaban las once. Como de costumbre Tomás salía por la puerta trasera del monasterio, pues  todas las noches se dedicaba a llevar alimentos a los mendigos que ocupaban la peligrosa plaza de Valdecaleros.
 Se dispuso a atravesar rápidamente el callejón que comunicaba con la calle San Bernardo, pues era famosa por la cantidad de tabernas y borrachos que acudían a ellas. Ya cuando volvía por el mismo camino  se sorprendió al cruzarse con una dama de largos rizos posiblemente de la alta sociedad pues vestía con traje de gala. Era preciosa. Pero siguió su camino.
 Cuando veía las luces del monasterio al final del callejón, notó la suavidad de unas manos delicadas en sus hombros. Acto seguido un dolor infernal sobre su espalda. Gritó.
Luego ya no sintió nada, ya no escuchó nada y ya sus ojos no vieron nada y como un muñeco de trapo, deslizó lentamente su cuerpo por la pared hasta quedar inmóvil en el lugar.

 Don José se dispuso a entrar en el taller de la esquina
- Alfonso, ¿podrías acercarle estas sandalias a mi esposa catalina? 
-Porsupuesto, como no.
 Tras un largo día de trabajo, Alfonso cerró su taller, y se dirigió a la casa de su amigo, tomando así la calle del Coliseo. Le encantaba pasear por allí, su deseo desde niño había  sido vivir en esa calle, poro solo era digna para la gente millonaria de la ciudad. Entonces oyó los gritos de una mujer que se asomaba por la ventana,  ya sólo por su belleza, Alfonso quiso ayudarla y no tardó ni un suspiro en subir a su vivienda para rescatarla. Pero al cruzar la puerta no se encontró a nadie, a su espalada se cerró la puerta y ya en la oscuridad escuchó una macabra canción que sonaba en el lugar. Más tarde en el silencio de la noche, un disparo escalofriante sobre su nuca provocó su muerte en el acto.

-Señor, le dejo su equipaje aquí.
 El joven invitado asintió,  mientras apreciaba los motivos esquisitos de la araña que alumbraba el salón. Acto seguido recogió sus pertenencias y se acomodó en el dormitorio indicado por su anciana tía, ya al roce de la muerte. 
 Debía estar descansado, en pocas horas llegarían los invitados a la fiesta de su bienvenida. Pues toda la familia ansiaba por conocer al nuevo y también desconocido heredero de toda la fortuna del empreserio mas envidiado de la ciudad, su abuelo.
 Todo el mundo quedó envuelto en su simpatía y alegres por este encuentro bailaban, bebían y comían sin parar.
 Esa misma noche conoció a una bella dama, hija del duque de Toledo, que esta debió sentir cierto interés por Dorian pues agarrándole la mano se lo llevó a paseo por los jardines del palacete. Todo parecía ser la noche perfecta de verano: luna llena, cierta brisilla, cielo estrellado, y de fondo su canción favorita que se oía desde el edificio.Se querían. O eso pensaba él pues mientras sus brazos la rodeaban ella aprovechó clavándole la daga hasta darle la muerte. Su estremecedor grito, avisó a algunos invitados que también disfrutaban de aquella noche en los jardines. Pero ya fue tarde, solo una criada pudo verla correr bosque adentro.

 Se dice que no volvió a salir de allí, que ni si quiera llegó a entrar. Se rumorea que ella era un fantasma con hambre de venganza, algunos pensaban que era una novia rechazada, otros, una dama quemada injustamente por hereje y bruja. Lo que es cierto es que según la leyenda ha de andarse con cuidado por las calles de Toledo.

domingo, 5 de mayo de 2013

El enigma de la Cueva De Hércules

Hoy miércoles hacia un año que nos fuimos con el colegio a la cueva de Hércules; aunque vivíamos en Toledo, nunca habíamos ido allí con el colegio; pero hoy era muy extraño, me sentía mal, me dolía la cabeza y tenía mucho calor, pero según el Doctor Martínez, (que era famoso y valorado aquí en Toledo), no me ocurría nada, así que me volví  andando a casa por que no tenía ganas de ir al colegio, además mis compañeros iban hoy a Segovia, un sitio que yo ya conocía e iba todos los meses para ver a alguien o hacer algo.
Cuando iba por la calle Azacanes, que era estrecha, oscura  y tenía varias salidas, me encontré repentinamente con un señor bajito y encorvado que vestía con una capa negra que no dejaba que se le viera bien la cara, que me dijo, “¿tu eres la niña que se atrevió ha decir dentro de la cueva de Hércules, que la leyenda de Hércules no es cierta y que tampoco existió Hércules?”, conteste “si, soy yo”, el señor contesto, “pues yo soy el encargado de que nadie se ría o critique mal la cueva de Hércules o al propio  Hércules. A los que lo hacen, les tengo que cargar con una maldición, que como hoy estoy alegre te dejare elegir entre ¿morir lentamente y dolorosamente (como la mayoría de las personas) o  vivir para siempre  con las culpas y que nadie te reconozca?”, le respondí, “pero no podrías perdonarme, si apenas sabía lo que decía”, finalmente me dijo “vale te concedo una semana, tendrás que ir con compañía dentro de la cueva, pero no podréis salir hasta que consigas el tesoro de Hércules, por lo que tendrás que pasar unas pruebas” y desapareció al instante. Cuando desapareció, apareció delante de mis pies una daga. Entonces seguí andando, ya me sentía bien.
Por la tarde fui a casa de Álvaro con el que había quedado, y algunos amigos más, les conté lo que me había pasado  y dijeron que vendrían conmigo a ayudarme.
El viernes quedamos delante de la puerta de la cueva de Hércules,  y todos nos llevamos sacos, agua, bebida,… una vez allí, conseguimos colarnos en la cueva,  y nos pusimos a andar hasta llegar a una puerta, que nunca habíamos visto allí,  que ponía “pasaran todos menos una persona, que se quedara atrapado aquí hasta que consigáis el tesoro”, en esta prueba se quedó Juan un niño que quería ayudarme, pero que era muy miedica. Entonces después de pasar la puerta y caminar un rato, llegamos hasta un tablero de ajedrez, donde nosotros éramos las fichas y si nos mataban en el juego, caíamos a un hueco y no saldríamos hasta que alguien consiguiera el tesoro. En esta prueba perdieron y se cayeron,  la mayoría menos yo y Álvaro. Dos horas después, paramos Álvaro y yo a descansar, beber y comer, cuando de repente apareció un monstruo que fue a matar a Álvaro. Yo que tenía la daga, se la clave al  monstruo en el costado. Mientras se lo clavaba me araño, y me hizo una herida profunda, pero conseguí matar al monstruo. Nada más ser asesinado, apareció el tesoro y todos los que habían sido prisioneros en alguna prueba. Pocos minutos después, morí a causa del arañazo, pero estaba alegre por haber encontrado el tesoro, y  también haber liberado a mis amigos y salvado a Álvaro del monstruo.
De repente volvió a aparecer el señor y me dijo que por haber salvado la vida de Álvaro, sin tener en cuenta lo que me pasara y encontrar el tesoro, me devolvía la vida.

viernes, 3 de mayo de 2013



 

      LA MALDICIÓN DE HÉRCULES:

Tras varios días de tortuosa caminata por selva y desierto, Hércules y su ejército se detuvieron ante aquella grandiosa ciudad.
En frente se encontraba la puerta de Bisagra, que protege la entrada y salida de la ciudad. Estaba custodiada por dos enormes hipogrifos, imponiendo sus poderosas garras vigilando la entrada.
Hércules se anuncio especificando que era el sobrino del rey y que éste le había concebido el honor de escoger terreno para edificar su castillo.
La pesada puerta se abrió y Hércules caminó por las laberínticas calles de Toledo.
Se paró ante una colina para descansar y al sentarse, se abrió una grieta de grandes dimensiones dejando al descubierto unas cuevas.
nuestro héroe  entró en aquellas cuevas y un siniestro escalofrío le recorrió la espalda, para él era una buena señal y decidió construir su castillo sobre aquellas cuevas.
Tras dos años de construcción, Hércules ya se encontraba muy cómodo en su castillo, ya que a escondidas bajaba a las cuevas a realizar hechizos y practicar la magia negra en sus propios beneficios. 
A medida que controlaba mas la magia crecía su arrogancia, asta tal punto que se creía superior que Zeus, su padre.
Éste le priva de sus poderes como castigo y a este problema, se añadió que una noche, un criado cuenta todos sus actos de herejía al rey.
Más tarde es apresado, juzgado y mas adelante condenado a morir en la hoguera por practicar brujería y herejía.




Las Cuevas de Hércules:


Cuenta la leyenda que dos jóvenes, Pedro y María, enamorados, querían formar una familia, casarse y permanecer juntos como mucha gentes pensaba y quería. En aquella época había mucha pobreza y la boda de una hija era un buen negocio. El padre de ella no daba permiso para casarse porque Pedro no tenía mucho dinero por lo que no podía ofrecer nada.

El padre de María ya tenía la boda planeada con otro hombre maduro, un rico comerciante de la ciudad recientemente viudo.  Pero tras las súplicas de María a su padre, finalmente decidió darle una oportunidad a Pedro, pero proponiéndole que si en unos días conseguía igualar o superar el dinero del rico comerciante, que le había propuesto al padre de María, ella sería suya.

Pasaron dos días y Pedro y María lloraban desoladamente, porque no encontraban ninguna solución para el problema. Una noche de niebla, Pedro  paseaba por las calles de Toledo en pleno invierno, tras hablar con María de la solución. Hasta que cuando llegó a la iglesia de San Ginés creyó saber la solución. Corrió a casa de María y se despidió diciéndole que si no volvía supiera que ella era la única mujer para él.

Minutos después Pedro empujaba la puerta de la iglesia de San Ginés, que bajo de ésta estaban las “Cuevas de Hércules”, según había oído muchas veces a su abuelo y según lo que contaban las leyendas, había oro y riquezas.

Atravesó la iglesia, tan solo iluminadas por velas y7 tras empujar una pequeña puerta, entró en la oscura cueva. Recorrió unos escalones y entró en lo que parecía un camino sin fin. Tras tanto rato allí dentro empezaba a debilitarse y a quedarse sin oxígeno y un olor que procedía del final del túnel que apenas podía ver. Al poco tiempo, lo único que sentía era como su cuerpo daba con el suelo por el que caminaba…

LA BICICLETA ROJA

OPINIÓN PERSONAL:

Me gustaría escribiros un comentario personal de este cómic, la bicicleta roja. Es un cómic, que si todavía no os habéis leído uno, si os gusta leer o si no os gusta, os lo recomiendo, pues es un cómic corto que se lee rápido. Personalmente, me ha parecido entretenido ya que no es una única historia sino que son cortos recuerdos del personaje principal (el cartero) que tiene cada día que va a repartir el correo, con la gente del pueblo y al ser historias cortas no es aburrido ni se hace pesado. Además, cada historia tiene un mensaje y al ésta acabar, el autor escribe las frases claves que te hacen entenderlo. La historia que más me ha gustado ha sido "arrugas" ,donde habla con una anciana del pueblo que le explica de que son cada arruga de la cara, porque me parece que es una historia que para mi tiene un mensaje muy importante que es que las arrugas de la cara representan los mejores momentos y los no tan buenos que has tenido a lo largo de la vida y que no hace falta esconderlas pues también representan el paso del tiempo y la evolución de cada persona. 
Espero que esta breve opinión os haya ayudado, si no os lo habíais leído, a tener ganas de hacerlo porque como he dicho antes os lo recomiendo. Y si os lo habéis leído, leeros el segundo volumen que también contiene historias increíbles.
¡¡Haber si os animáis!

jueves, 2 de mayo de 2013

Leyenda de Toledo

                                CATALINA Y PELAYO

Catalina era una joven doncella castellana, que vivía a las a fueras de Toledo. Todas las tardes iba al Tajo a lavar la ropa.
Un día, después de terminar su labor, Catalina fue al mercado, que se encuentra al lado de la puerta del Sol. Allí cambiaba los huevos de sus gallinas por leche fresca para su maestra.
Un joven que venía herido de la guerra, pasó por casualidad por el mercado donde se encontraba Catalina. Al verlo se fijó en sus heridas graves y su mala cara. Catalina no tardó en acercarse y ayudar a aquel hombre; pero mucho no consiguió, Catalina era una pobre doncella y lo único que podía hacer era rezar por él.
Le preguntó su nombre, y éste respondió con mucho sufrimiento:
-"Pelayo".
Catalina con mucha dulzura, le recomendó ir a la plaza del Zocodover; allí había un gran mercado donde podía comprar algo de comer y de beber. Se despidieron y se desearon la mayor suerte posible.Aquella noche, Catalina estuvo rezando por Pelayo.
Al día siguiente, la joven fue a la plaza del Zocodover a cambiar sus cosechas. De repente, Catalina se fija en un hombre fuerte y alto; era Pelayo. Estaba sano y salvo. La doncella se acercó hacia él, con mucha felicidad. Pelayo la explicó lo sucedido:
-"Al pasar por la Puerta del Sol, todas mis heridas y males se me curaron".
A partir de ese día, la historia de Pelayo fue conocida por todo Toledo, gracias a Catalina, y cada vez que alguien tenía males o heridas pasaba por la Puerta del Sol. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

CORALINE
El cómic de Coraline de Neil Gaiman, en general, podría decir que sí que me ha gustado, ya que tiene misterio y aventura, pero aun así, me parece una historia un tanto tenebrosa, bastante rara, tétrica y a veces me parecía que no tenía mucho sentido, pero sigo admirando la imaginación de este autor, ya que no a todo el mundo se le ocurriría una historia así.
Yo creo que la historia te transmite una serie de sensaciones, las sensaciones que me transmiten, los espacios donde ocurren las acciones, son espacios tenebrosos, tristes y de colores oscuros, sin ningún tipo de viveza.
Es un cómic fácil de leer, debido a que tampoco es muy largo y es una historia amena y con intriga, ya que te preguntas ¿Qué ocurrirá después? y por este motivo te anima a seguir leyéndolo. Las viñetas están muy conseguidas, ya que no te hacía falta ni leer “los bocadillos”, simplemente por las imágenes te enterabas de la historia.
Pienso que es una historia rara y tétrica, debido a que el tema de los botones que simulan ojos, no es un tema muy agradable, pero quitando esa parte sí que me ha gustado.
Os lo recomendaría a todos.



lunes, 29 de abril de 2013


CORALINE
El cómic me ha gustado porque es de misterio y tiene aventuras.
Me gusta mucho la idea de que la niña se vaya a otro mundo paralelo al suyo en el que sus padres son siniestros y la quieren transformar en una de ellos, y en el que sus conocidos quieren confundirla para que se quede con ellos.
También me gusta como Neil Gaiman crea a un personaje a juego con su historia: misteriosa y extraña. Me parece que encaja a la perfección con el relato.
También me parece que las ilustraciones están muy logradas, ya que con solo mirarlas, sin leer el texto, te enteras perfectamente de la historia.

Toledo

                                                                     


                                                               TOLEDO


En una pequeña casa de Toledo vivía Juana, una niña de padre carpintero y madre verdulera.
No poseían mucho dinero, pero si lo suficiente para tener comida en la mesa y una cama donde dormir. 
Su casa estaba cerca de la catedral, por lo que Juana muchas veces iba a rezar allí. De tanto ir ya tenia su propio escondite al rededor de la catedral, una especie de cueva.
Un día se encontró un bloque de madera donde ponía "El Greco" ella no sabia lo que era así que decidió usarlo como mesa para tomar su merienda.
Al día siguiente fue con el colegio de excursión. Fueron andado, ya que en esa época no existían los autobuses etc. Tanto ella como sus compañeros no sabían a donde se dirigían pero estaba muy cansados.
Primero cruzaron La Plaza del Consistorio, después La Calle Taller del Moro y por último La Calle San Juan de Dios.
Por fin llegaron, era un gran edificio donde ponía "Museo del Greco", Ella se quedo pensativa un rato, ya que el nombre le sonaba, pero no consiguió recordar nada.
Más tarde recordó que ere al nombre que ponía en su mesa de la merienda.
Tras finalizar la excursión fue corriendo a su cueva para ver si de verdad era el mismo nombre, si que lo era, no se lo podía creer se podía llegar a hacer rica. Fue a su casa y avisó a sus padres los padres rápidamente se lo dijeron a un experto y ganaron tanto dinero como nunca pudieron tener.


ARTE EN TOLEDO (1º PARTE)

Toledo es una ciudad que se encuentra en la España Central, y es la capital de la Comunidad Autónoma de Castilla LaMancha. Situada en la margen derecha del Tajo, en un colina sobre el río.

Mauricio Delgado era un vulgar personaje hijo de un herrero venido a menos, que tuvo la buena o mala fortuna de ser un apasionado de la pintura desde temprana edad. Ya en sus años de juventud rondaba las proximidades de la "Escuela de Artes y Oficios" de Toledo, y cada vez más a menudo se colaba en las clases del noble arte de pintar.
Ocurrió un día, para su desgracia, que se produjo un robo a uno de los profesores de pintura, y siendo Mauricio el único extraño en las clases, todos vertieron las culpas conta él; y de esta forma fue a dar con sus huesos en la prisión de Toledo, no habiendo cometido mayor pecado que estampar sobre un lienzo ageno los colores de una paleta olvidada por algún dueño despistado.
Pasó así Mauricio siete largos años entre rejas, durante los cuales no tuvo mayor distracción que alimentar su gusto por la pintura que años atrás despertó su talento.
Una vez en libertad y sin un techo en el que cobijarse en las frías noches toledanas, anduvo durante horas por las calles de la ciudad hasta llegar a "las Cuevas de Hércules". Con decisión se adentró en las ruinas, descendiendo hasta lo más profundo de la cueva, donde encontró un hueco del que hizo su pequeño mundo oscuro, pues todas las noches acudía al mismo sitio a descansar de las andaduras del día. Convirtióse en costumbre la intrusión nocturna en las cuevas, en las que Mauricio fue almacenando y escondiendo poco a poco varios útiles de pintura disimuladamente hurtados.
Fue la noche más oscura del mes de noviembre cuando se le ocurrió una idea que acabaría convirtiéndose en un plan perfecto que le llevaría a la gloria deseada. Sin pensarlo dos veces y con gran sigilo, salió de su escondite y se encaminó rápido a la Calle de la Trinidad, pasando por las Bóvedas Romanas de Nuncio Viejo. Tras alcanzar la Iglesia de Santo Tomé y dejar a un lado el Palacio de Fuensalida hallóse frente a su objetivo: "El Museo del Greco".
Hábilmente se adentró en el museo sin ser visto, siendo el frío y la oscuridad los únicos cómplices e su delito.

CONTINUARÁ...

domingo, 28 de abril de 2013

Coraline, el origen

Mi versión de: Coraline
Coraline, el origen

María tenía un don, por eso, su familia y ella se mudaron a una casa en medio del campo, a las afueras de la ciudad, compartiendo una casa con un grupo de viejos locos, osea que si María usaba su poder y ellos decían algo, la gente lo atribuiría a su locura. 

Nada más llegar a la casa, María se puso a explorar. Al rato encontró una puerta que daba a una sala que no había visto en el mapa de la casa. Al ir a ver si reconocía alguna habitación, vio a su madre cocinando, lo que era extraño, dado que siempre cocinaba su padre. Cuando le iba a preguntar dónde estaban y que hacía ella cocinando, esta se dio la vuelta y María vio que no era su madre, era solo una señora que se le parecía mucho, la única diferencia era la cicatriz en forma de círculo, roja y asquerosa, que tenía sobre el pómulo derecho.

Cuando María iba a salir corriendo, la señora la agarró, pero María estaba preparada, usó una  cacerola para darle en un lado de la cabeza y poder escapar. Al salir de la casa, encontró un gato, dado que su poder era que podía comunicarse con los seres vivos; animales o plantas; unicelulares o pluricelulares, el gato pudo contarla que estaba en un mundo paralelo,  que le podía parecer hermoso, pero tenía que escapar de ahí o no podría salir jamás.

cuando María intentó escapar, con su nuevo amigo en brazos, pero esa señora no les dejó escapar y tuvieron que volver al bosque. Una vez allí, María llamó a todos los animales del bosque, aparecieron gatos, perros, jabalíes y algún que otro ciervo. Al llegar todos,  fueron a enfrentarse a la señora, que ya no era una señora, era una especie se masa gigante y gris con una cara que daba miedo. Les costó mucho derrotar a ese ser, pero lo consiguieron, y María volvió a casa. el único problema fue que hubo que volver a hacer las maletas e irse, pero ya habían encontrado compradores, un matrimonio con una hija de nombre extraño... Caroline me parece que se llamaba; en fin, que espero que ellos no tengan ningún problema con ese ser.
El Fantasma

Injusticia en Toledo



La gente llena la plaza, todos gritan el nombre de las mercancías que venden para llamar la atención de gente como yo. La gente compra y vuelve a su casa cargada de alimentos que más tarde se convertirán en la cena. Todos pasan de largo despreocupados y alegres, como si nada en este mundo fuese mal, pero se equivocan, todo va mal. La inquisición puede con todo, mejor dicho, con todos. Da igual que grites o que tus argumentos sean realmente buenos, ellos siempre tienen la razón. Mi padre, como muchos otros, no quiere darse cuenta de la gravedad de la situación y, aunque se diese cuenta, no haría nada al respecto. La cobardía abunda en esta ciudad, pocos tienen las agallas de enfrentarse, y los que lo hacen mueren. Comienzo a caminar arrastrando los pies cuando, de pronto, alguien me agarra del brazo. Es Samuel, mi mejor amigo desde que apenas era una niña, me sonríe. "¿Comprando?" me pregunta, niego con la cabeza, "paseando entonces" dice, "pensando" le contesto. Caminamos en dirección a la judería en silencio, al  llegar, el silencio se rompe. Una mujer gritando pasa corriendo a nuestro lado, un humo se eleva a lo lejos. Mi amigo me suelta la mano,"¡vete!" me grita. Me avergüenza decir que no replico y empiezo a correr hacia mi casa.  Al llegar mi padre me saluda, pero paso de largo y voy corriendo a mi habitación. La realidad me golpea como un cubo de  agua fría, he dejado a mi amigo en medio de un podgrom. Soy una cobarde. Me siento terriblemente avergonzada. Comienzo a llorar y tras unos minutos en silencio y sin darme cuenta me quedo dormida. El sol empieza a salir, no se cuanto tiempo llevo dormida. Después de recordar salgo a la calle corriendo como alma que lleva el diablo. Vivo cerca de la catedral y la judería no queda lejos. Al llegar, el corazón se me para y contengo la respiración. El humo continúa inundando el aire, pero eso no es lo peor: familias enteras frente a lo que antes eran sus casas, niños sollozando "¡papá, mamá!", mujeres gritando, gente que todavía trata de apagar las llamas. Entre tanta gente será imposible encontrar a una persona. ¿Y si está muerto?, esta pregunta consigue hacerme llorar. Es entonces cuando oigo mi nombre. Me giro buscando esa voz que no parece estar muy lejos. Cuando comienzo a desesperarme unos brazos me cogen: es mi padre. Tras un torrente de preguntas, comienza la caminata de vuelta a casa. Casi he llegado, me doy la vuelta una última vez, acto seguido grito y comienzo a correr. Es Samuel, está allí, sano y salvo, un poco chamuscado, pero aquello no importa, está y eso es lo importante. Alguien me agarra, unas manos frías y duras, al mirar a mi alrededor  comprendo lo que sucede. Samuel no está a salvo, ni mucho menos, se lo están llevando para ser juzgado. "Apártate", me dice el hombre que me sujeta, pero en este momento, yo ya no tengo miedo, me pongo frente a Samuel y digo :"por encima de mi cadáver". Samuel grita: "¡no lo hagas, nos juzgarán a los dos!". Entonces, mi padre llega, en el momento oportuno para oír: "bien, os llevaremos a ambos". No tengo muy claro lo que sucede a continuación, solo se oyen gritos y más gritos, es entonces cuando uno pierde los nervios, veo a mi padre caer al suelo con una espada clavada en el pecho: acto seguido, me desmayo.
Abro los ojos, Samuel me mira preocupado, mi cabeza da vueltas. Cuando miro a mi alrededor, descubro que estoy en una habitación vacía y oscura que huele a humo.  "Mi padre..." murmuro, Samuel me mira, "lo siento" dice, "no pude hacer nada". Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas. Ahora estamos solos, solo nosotros para cuidar el uno del otro. Aprieto los puños con fuerza, la rabia inunda mi cuerpo y mi alma. Samuel me rodea con sus brazos.  El mundo es muy injusto; los indiferentes no hacen nada, los poderosos consiguen lo que quieren, los inquisidores siguen cometiendo injusticias, los justos son ajusticiados, y los que piensan de manera distinta se callan o esperan entre los escombros la más mínima oportunidad de ser escuchados.

Leyenda toledana

Cuentan que cuentan que había, 
una cueva bien tapiada.
Con losas de dura roca,
y con cemento reforzadas.

Se narraban habladurías,
de lo que esta guardaba.
Un tesoro en una caja,
de alguna que otra alcazaba.

O tal vez sería,
una princesa encerrada.
Como siempre a la espera,
de que alguien la rescatara.

Nadie se esperaría,
bajo la calle Gaitanas.
Al dios Hércules que aguarda,
su liberación anhelada.

Por eso se la llamaría,
la cueva del dios que se menciona.
Y se prohibió la entrada,
para evitar su llegada.

Escuchose esta leyenda en la mezquita de las Tornerías, y, entre los oradores, se encontraba Abdel, un chico muy curioso para su edad, pero tan ingenuo como uno de diez años. Nada más acabar de rezar, se fue corriendo a la cueva. rascó el cemento y quitó las piedras una a una. Al acabar la tarea, se asomó para ver que había ahí, pero antes de poder ver nada, le deslumbró una luz cegadora.

Hércules consiguió apoderarse de su cuerpo, y se vengó en los descendientes de los que le encerraron en la cueva. Aún se encuentra entre nosotros, y puede ir a por ti; si te encuentra, estás perdido, la única forma de salvarse es venderte a él, vender tu corazón.

viernes, 26 de abril de 2013

OPINIÓN PERSONAL SOBRE EL CÓMIC: LA BICICLETA ROJA

 
LA BICICLETA ROJA
 
La bicicleta es un cómic original, normalmente todos los cómics tienen un mismo argumento: "los enamorados por fin se casan", "superman derrota al villano", "Mafalda hace un nuevo amigo"... Pero en este caso hay muchos y variados argumentos. El cómic está dividido en varios capítulos (30 exactamente), todos ellos no duran más de dos páginas y a su vez cada uno es diferente del anterior, hay algunos más bonitos e interesantes que otros, por ejemplo el capítulo que más me gusta es cuando el cartero va a visitar a una muchacha y días más tarde cuando va a volver a visitarla se entera de su muerte y va a la iglesia del pueblo a dejarle las cosas que a ella más le gustaban. Otro capítulo que también me gusta mucho es el capítulo en el que hay una niña pequeña que está esperando a su abuela que está en el campo y está muy aburrida y de pronto ve al cartero, el cartero ve que la niña está sola y con cara de pocos amigos, él le da un caramelo y le dice:"- Toma un caramelo, siempre los llevo encima por si me aburro, pero parece que tú lo necesitas más que yo hoy", al día siguiente la niña vuelve a encontrarse con el cartero y le dice que su abuela se a vuelto a ir al campo y que está sola, pero el cartero ve a la abuela que está llamando a su nieta, en ese momento comprende que lo que la niña quería era otro caramelo, este capítulo me encanta ya que es muy gracioso y la niña se parece mucho a nosotros, para conseguir lo que quiere es capaz de hacer una pequeña mentira.
 
El personaje principal es el cartero, es un chico amable y educado y a la vez simpático, comparado con los anteriores cómics que me he leído, que en ellos el personaje principal era el típico héroe que salva a todos y se queda con la chica este personaje me parece un tanto original y a la vez extraño.
 
Las historias están ambientadas en Japón, me parece un lugar mágico, y en los dibujos del cómic está muy bien representado.
 
Cuando se acaban los capítulos, hay un párrafo con una frase, algunas significan algo especial, como por ejemplo: "Un padre dejará siempre los mejores calcetines para sus hijos, y él se quedará con los que están raídos", leído así no tiene mucho sentido, pero si te fijas bien es verdad, dicho de otra forma, los padres siempre te dejaran lo mejor porque para ellos tu eres lo más importante de su vida.
 
Os recomiendo que lo leáis, es un cómic cortito y muy fácil de leer.
Una parte del cómic en la que sale el cartero y una de las frases.

jueves, 25 de abril de 2013

LEYENDA DE TOLEDO


LA TRÁGICA VERDAD

 

Aquella noche era igual que todas para Matías, después de cenar se fue a dar su paseo nocturno (como de costumbre) por las antiguas calles de Toledo. Pasó por la casa del Greco, que aun Antonia seguía terminando de limpiar el gran hostal, subió algunas calles hasta llegar a su iglesia favorita, la iglesia de San Román. El párroco del pueblo, Don Julián siempre dejaba la puerta abierta por si algún feligrés se acercaba a rezar. A Matías le encantaba esa iglesia porque desde que tenía uso de razón subía al campanario a jugar con su íntimo amigo Fernando, fue allí donde se conocieron, y fue allí también donde pasaron los mejores momentos juntos.

Eran las once de la noche y gracias a  un pequeño candil Matías puedo subir las viejas escaleras hasta llegar a  la torre más alta de la iglesia, desde ahí, se podía ver todo el pueblo: la posada de Don Ernesto y Doña Juana, la confitería de Candela, la zapatería de Don Pedro, etc. Allí arriba Matías se sentía como en casa, podía respirar aire puro y podía oír el piar de algún pajarillo aun despierto. Pero al bajar las escaleras siempre le asaltaba la misma incertidumbre, ¿de verdad existía el fantasma de la mujer de Don Pedro? La mujer del zapatero, Doña Francisca, había fallecido años atrás en esa iglesia. Hay quienes dicen que le dio un infarto mientras rezaba (debido a su mala salud), hay otros que dicen que había muerto pidiendo perdón a Dios por los pecados que en el pasado había cometido, y el resto dice que había muerto del susto de ver al demonio encarnado… Para Matías todas estas conjeturas no eran más que patrañas para hacer daño a la familia, porque además de estar casada, Doña Francisca había tenido un hijo, el señorito Fernando, nada más y nada menos que su mejor amigo. Por ello cada vez que los pueblerinos hacían algún comentario a Matías le incomodaba hablar del tema. Fernando era solo dos años mayor que él y para Matías era como un hermano mayor, pasaba todo el tiempo que podía con él, dormía muchas veces en su casa y “vice versa”, por lo tanto Doña Francisca era como una segunda madre para él y cuando se enteró de su muerte le dio un vuelco al corazón, pero más dolido se quedó cuando supo la verdadera causa de su muerte… Doña Francisca tenía muchos problemas, tanto físicos como psicológicos, en más de una ocasión percibió como le gritaba a su hijo y como le pegaba. Fernando se mantuvo firme en todo momento, incluso cuando su madre le amenazaba… Pero pasaron los años y Fernando empezó a estar harto de aquellos modales para con él, así que una tarde mientras su madre rezaba en la iglesia, enfundó el puñal que había estado reservando para aquella ocasión y sin ningún miramiento se lo clavó justo en el corazón, donde ella más daño le había hecho.

Desde que Matías se enteró de la trágica verdad no volvió a saber de Fernando, pero supuso que no pudo con la culpa y se fue a reunir con su madre. Y así fue, meses después de su desaparición le llegaron noticias de él, le habían encontrado muerto en la ribera del río que rodea a Toledo.

miércoles, 24 de abril de 2013

LEYENDA DE TOLEDO


Cuenta la leyenda que, en la antigua ciudad de Toledo, cristianos y judíos vivían separados.
Pero un día Clara (la hija de una familia cristiana rica), mientras paseaba por la ciudad se adentró en la judería, no permitida para los cristianos. Un joven judío, el llamado Samuel, quedó prendado de Clara y, aun sabiendo que era cristiana, se presentó y los dos empezaron a hablar, pero Clara y Samuel no debían estar juntos, y  menos donde Clara corría peligro, por tanto se despidieron y prometieron verse al siguiente día, al amanecer, donde nadie les descubriese. Ese sitio era la Puerta del Sol.
Allí se reunían todos los amaneceres, donde se iban enamorando uno del otro cada vez más.
Todo era feliz para ellos, hasta que, un jueves amanecía en Toledo y Samuel salía hacia su lugar de cita con Clara, pero no sabía que su vecino les había descubierto antes y les había denunciado a la guardia.
Clara y Samuel estaban tomados de la  mano en la Puerta del Sol cuando, de repente, oyeron cascos de caballo que se acercaban a toda velocidad. Samuel y Clara corrieron y corrieron y, al llegar a la muralla, Clara empezó a trepar por el muro seguida de Samuel pero, al llegar a arriba, Clara resbaló y se cayó, pero Samuel la cogió a tiempo para salvarla.
Los guardias se acercaban y, al ver que todavía podía salvarse él, Samuel soltó a Clara (no sin antes decirla que la quería y que lo sentía), y Clara cayó al vacío y murió.
Dicen que, al pasar al pie de la muralla, se oye el llanto de Clara, la joven cristiana, que se lamenta por su mala suerte y por la traición de su amado Samuel.

domingo, 7 de abril de 2013

Cuento opcional del cómic Arrugas


Don Gustavo

Recuerdo como le quería, la cantidad de veces que reí y llore a su lado. Sabía hacer sentir especial a cualquiera, sus bromas sus sorpresas, sus locuras… hacían que mi vida aquí fuese algo más interesante día a día… él se llamaba Pedro o Pepe o incluso hubo días que llegó a llamarse María, pero para mí siempre fue Gustavo, Don Gustavo.
Yo trabajaba en una residencia y sinceramente no recuerdo cuanto tiempo llevaba Gustavo con nosotros, pero sí sé que era un fanfarrón y un desagradecido, nunca quería hablar con nadie y si lo hacía lo hacía, de muy malas maneras. Pudo ser así, hasta que me conoció, o eso decía él y siempre me repetía: “Sara, hija mía, me has cambiado la vida.” Pero la vida me la cambió él a mí.
Yo le cuidaba y aunque estaba en plena forma, tenía una gran barriga, que cada vez que se reía ésta se movía al compás de su risa como si le acompañara, apenas tenía pelo solo un par de cabellos blancos, y una sonrisa que podía hacer sonreír hasta la mínima persona que se veía incapaz de ello… cuantas veces me ayudó a mí su sonrisa…
Un día mientras dábamos nuestro paseo diario por el parque, le pregunté el motivo de su desprecio por estar con la gente, él me respondió diciendo: “verás, llevo aquí más años de los que puedas imaginar, ni siquiera yo los recuerdo, solo sé que he visto morir a tanta gente que no quiero coger cariño a ninguna más.” Sinceramente al escuchar esto me quedé perpleja, era la primera vez que le veía decir más de dos o tres palabras y precisamente no las decía con un tono muy borde. Continué la conversación diciendo: “coger cariño a la gente no tiene nada de malo, al fin y al cabo todos morimos algún día.” “Sara, tu eres joven, tú no has visto como tu familia moría en tus brazos y tu único hijo te abandonaba en esta residencia… Sabes tú eres especial, Sara, hija mía, tú me has cambiado la vida.” Después de decir eso no pude evitar las ganas de darle un abrazo, y así lo hice.
Desde aquel momento Gustavo era una persona diferente hacía reír a la gente. Ayudaba a los demás, aunque él tuviese problemas, eran más importantes los demás. Aquel hombre consiguió cambiar esa residencia para siempre. Todos estaban contentos y alegres de vivir en un sitio dónde se sentían especiales aunque hubiese o no una enfermedad que les acechara, como a Gustavo, se guardó el secreto para seguir haciendo sentir importante a los demás…
Él tenía problemas de corazón, verdaderamente muy importantes, pero le deban igual. Hasta que un día, lamentablemente para todos, le dio un infarto. Le llevaron a la enfermería y le atendieron lo mejor posible, pero allí acabaron sus sonrisas que tanto nos ayudaron.
Recuerdo que no pude llorar más, nunca había imaginado que ese momento llegaría y por desgracia, había llegado. Fui al hospital a despedirme y allí en su lecho de muerte me repitió la frase que me hizo quererle tanto: “Sara, hija mía, me has cambiado la vida.” Después cerró los ojos y su corazón durmió para siempre. 

jueves, 4 de abril de 2013






POEMA



Todos saben qué decir

Todos saben qué pensar

Todos dicen sin dudad

Te quiero de verdad.

Versos, rimas y poemas

Es lo que tú me das

Y sin dudarlo no voy a decir más

Todos saben la verdad.



miércoles, 3 de abril de 2013

Taller literario



TALLER LITERARIO


Los árboles del invierno,
Los caminos al amanecer,
Las noches claras,
Eran largas para él.


Sus mejillas sonrojadas,
Sus ojos color miel,
La vista perdida,
O perdido él.


Ni miraba la luna,
Ni los árboles, ni los valles,
Ni las estrellas del anochecer.
La vista perdida,
O perdido él.



Sara Sánchez Nistal

Mi chica

Cabellos rubios,
luces de madrugada,
Esos labios,
en esa parada.

Ojos azules,
recuerdos de zafiro,
creas papeles,
creas papiro.

Tu corazon,
de cristal,
suena tanto,
como un campanar

En una noche suelta,
me encuentras te encuentro,
me gritas te grito
me odias te quiero

jueves, 14 de marzo de 2013

UNA SONRISA

Hay varios tipos de sonrisas:
Una es aquella forzada que haces con cara de asco.
Otra es aquella que sacas cuando estas triste.
Otra en la que no sabes ni porque sonríes solo le sigues la corriente al de al lado.
Y la última y para mi la mas importante: aquella que tu cuerpo siente un cosquilleo, que tu mente te pide dar gritos saltar de alegría y que tu corazón te dice: sonríe.
Has notado que algo va bien, que algo ha sucedido y que eso te ha encantado.
Puede ser que alguien te haya hecho reír, que esa persona que llevas mirando el día entero te haya mirado y te haya sonreído, ver como una
persona que quieres sonríe...
Hay muchas razones por las que sonreír, y una sonrisa significa todo, hasta lo inimaginable cuando ves sonreír a alguien de manera que le brillan los ojos como nunca lo hicieron puede ser que rebose de alegría y que ese sea su día: el día en el que la toque sonreír.




jueves, 7 de marzo de 2013

¿Quién no lo ha pensado?

¿Nunca has tenido esa sensación de mal estar, debido únicamente a las dudas que llevan a tu pasotismo?
Dejar que me explique... 
Muchas veces mis padres, debido a las malas notas, me preguntan "¿Es que no te interesan los estudios?" y yo, con toda la franqueza del mundo les contesto lo siguiente:"No".
A veces pienso que el ser humano no a evolucionado como debería. Vengamos de donde vengamos, nos hayan creado o no, habiendo algo tras la muerte o simplemente la Nada, solo tenemos una vida (a excepción de los que creen que nos reencarnamos).
Al solo tener una vida me pregunto si la estamos viviendo plenamente o si la desperdiciamos. Ocupamos poco más de un tercio del día para dormir. Esta bien, es el momento de soñar aquellas cosas que no se nos está permitido hacer despiertos.  ¿Pero que hacemos despiertos? O jugar con la "Play Station", o engancharnos a una red social, o inclusive escribir en un blog escondidos tras un seudónimo lo que quieres decirle al mundo, cuando puedes abrir la ventana y gritárselo cara a cara. También estamos seis horas al día, cinco días a la semana, durante más de medio año, metidos en un edificio donde lo que deseamos hacer tiene limitaciones muy grandes. Hay que estar sentado en un pupitre estudiando y rompiéndose el coco tal vez para aprenderse algo que no te servirá en la vida.
En verano todo el mundo es más feliz. Tienes tiempo para estar con los que quieres, amigos, familia...
Descalzarte en la piscina o en la playa, perseguir a tus amigos para tirarles al agua o sino, que te persigan ellos a ti.
Para mí, eso sí que es aprovechar el tiempo. No lo que hacemos diariamente en la escuela.

Recuerdos

¿Te acuerdas de nuestro encuentro,
 entre miradas eternas,
 que al más leve movimiento
 se volvían aun más tiernas?

Esas promesas que hicimos,
 en un atardecer oscuro,
 dos corazones, sin timos,
 negociaban nuestro futuro.

Mas yo asustado soñaba,
 un día me abandonabas.
 Y yo al destino juraba:
 "si nos separas, tu te acabas"

Muy mal se lo tomó el destino,
 quiso darme una lección.
 Haremos todo lo que él quiera,
 y no lo que nos pida el corazón.

Me arrebato mi corazón sincero
 y por mucho que sufrí,
 me quedé solo en el sendero,
 y sin ella me perdí.


miércoles, 6 de marzo de 2013


CUANTOS:

Una mañana temprano, Hugo se levantó a las siete de la mañana para ver la tele. Se quedó toda la mañana disfrutando su programa favorito hasta las diez, que desayunó se aseó e hizo sus deberes.
El resto de la mañana estuvo estudiando y decidió quedar con sus amigos para poder ver a su novia y no aburrirse el resto del día, pidió permiso a su madre y al final decidieron ir al cine a ver una película.
La comida estaba servida y fue a comer. Al acabar se echó  una siesta porque quedaban tres horas para ir con sus amigos.
Se le pasó la tarde volando y su madre le despertó  apurada porque llegaba tarde a la quedada. Se vistió a toda prisa, cogió dinero y se marchó corriendo sin despedirse de su madre, que le podría haber llevado en el coche. Hugo corrió por todo el pequeño barrio pensando en lo bien que se lo iba a pasar con sus amigos, y su novia, que llevaban un tiempo saliendo a escondidas.
Giró la  esquina y a unos cuantos metros  se divisaba a sus amigos, fue a cruzar la calle y un coche le arroyó, el de su propia madre. Hugo no volvió a respirar.

Bárbara se despertó sobresaltada por una pesadilla, a las siete y media de la mañana; se tranquilizó y fue a tomar un café.
Bajó a dar los buenos días a Hugo y le dijo que tenía que ir a la compra, y que fuera a hacer los deberes. Mientras conducía pensó en la novia secreta de Hugo, porque vio en su móvil un mensaje, eso estaba mal, pero como no le contaba nada dese que su padre murió se intrigaba mucho.
Al volver se puso a cocinar y Hugo le pidió permiso para  quedar con sus amigos, esta era una oportunidad para espiarle y observar como era su novia, por lo tanto le dijo que sí.
Después de comer mientras Hugo se echaba una siesta Bárbara se puso una película para pasar el rato. Cuando se dio cuenta ya era muy tarde y despertó corriendo a Hugo, se vistió a la vez que él  y fue al coche. Pero el adormilado de su hijo salió corriendo sin pensar que tardaría menos yendo en coche.
Bárbara esperó un rato antes de salir para que Hugo no la viera llegar, pero pisó demasiado el  acelerador y llegó antes de lo previsto,  no vio al niño que cruzaba la calle, y ocurrió el desastre, su pesadilla se convirtió en realidad.

domingo, 3 de marzo de 2013

Figuras de repetición

Anáfora:
Pasaba lento su tiempo,
pasaba despacio sin correr,
pasaba cerca de él,
pasaba cada amanecer.

Paralelismo:
El atardecer
la mañana
pasaban cortas
pasaban amargas.

Alteración:
El ligero sonido
del largo paseo
se ligaba con la voz longeva
de aquel lugar escondido.

Reduplicación:
Saber, saber, saber, conocer más de él.

Polisíndeton:
Deja de llorar,
no mas agua en tus ojos, 
no al sufrir más,
no merece la pena.

Sara Sánchez Nistal 

miércoles, 27 de febrero de 2013

Poema


Con el sol saliente
saliendo sobre mí,
el azul cielo
el azul mar
el azul que no descansará.
Después de toda la noche
sin beber, sin comer,
sin poder bailar.
Soñar, soñar, soñar,
no tiene ningún sentido. 

martes, 26 de febrero de 2013

Esto no es amor, es hamor.

Él estaba enamorado de ella. Él lo dudaba pero se inclinaba a pensar que así era. Al principio fue divertido. Esas tardes en el parque. Las risas, en especial las que no tenían sentido... Lo increíblemente facil y comodo que les resultaba estar juntos... Pero el curso acabo y ambos se fueron por su cuenta.
Aún teniendo muchas distracciones muy gratas allí donde veraneaba, él no dejó de pensar en ella un segundo. De vez en cuando él le enviaba algún mensaje de texto aunque ella nunca respondía. 
Así pasó él las vacaciones. Soñándola cada noche a su lado. No faltaba mucho para que ella pasase a ser su obsesión.
Al regresar de nuevo a los estudios, ambos habían madurado lo mínimo que se puede madurar en tres meses. Pero por poco que fuera. estaban algo cambiados.
A ella los demás compañeros no la prestaban demasiada atención, si no era para burlarse.
Él, simplemente tenía vergüenza y un ego muy fragil. Y temía que si disfrutaba estando a su lado, los demás le tratasen de inferior al igual que hacían con ella.
Así pasaron durante todo el año. Manteniendo conversaciones simples y aburridas, hasta que un día en el que él tenía su autoestima alta y mucha confianza, decidió actuar.
Tras el patio de la mañana, entraron en clase de lengua y muy decidido (eso sí; antes de que entraran sus demás compañeros) se acercó hacia la mesa de ella y cuando a ella le pareció que iba a gritar algo extremadamente importante a medio pulmón, lo único que salió de su boca fue un "Te quiero" más callado que un muerto el día de su funeral. Rapidamente empezó a explicarse, antes de que ella pensase que era una broma. "Te llevo soñando mucho tiempo, [...] quisiera no separarme nunca de ti [...] y solo decirte que me encantas, y que creo que mi amor hacia tí podría durar para siempre..." Hata le recitó un poema.
Que alivió sintió él al haberle dicho a la cara esas palabras que habían supuesto el mismo sueño noche tras noche. Ahora, ella lo sabría y serían felices y comer...
Tras unos instantes de imaginar un fantástico futuro juntos, ella interrumpió los pensamientos de él de la forma más brusca posible. Peor que despertar un domingo a las seis de la mañana.
Ella le dejó bien claro que en su relación no iba a haber más que lo que hubo en el pasado.  Que se quedase, si él quería, con los recuerdos de las tardes que estuvieron juntos. Que a su parecer, él se había ocupado de lo que él mismo sentía y no de lo que ella deseaba. Él había esperado a cuando le viniera bien para declararse y no había pensado en el tiempo que ella a esperaba a que se le declarasen. A él le había importado más la opinión de gente a la que solo aveces les nombra como "amigos" en vez de pasar más tiempo junto a ella. Pero cuando se aburría, sí pensaba en ella, solo que como un dulce o un capricho que lo engulles de un bocado sin tener ni si quiera hambre.
Eso no es amor. Es hamor, con "h" de hormona.
Éste día, él aprendió algo nuevo. Aprendió la palabra correcta de lo que la gente confunde con el amor.

Literatura en miniatura

Anáfora:

Quien no quiera que no busque.
Quien no busque que no halle.
Quien no halle que se calle.


Polisíndeton:

Construyamos el amanecer.
Soñemos un anochecer.
Disfrutemos al enloquecer.

Poema:

Tú que durmiendo en tu cama mullida,
no consigues soñar una sola fantasía,
y él que durmiendo en el duro suelo,
sueña con una alocada travesía.

Tú que a juegos modernos te has apegado,
te torturas cada vez que no has ganado.
Y él con su simple niñez en compañía,
ya a cien princesas ha rescatado.



EVOL Y YO



Estábamos discutiendo por enésima vez si podíamos tener un perro, mi hermana mayor estaba del bando de  los malos junto a mi madre. Por el contrario, mi padre y yo éramos los buenos; y las víctimas del asco que les tenía a los perros mi hermana Sara y las pocas ganas de mi madre de cuidar a otro ser vivo, ya que decía que con papá, Sara y conmigo tenía suficiente.

Habíamos vuelto a perder otra discusión, yo tenía envidia de todos mis amigos,  ya que por lo menos tenían un pez o algo con lo que chulearse delante de mí.  Estaba cansada de tanta injusticia así que decidí que era hora de dejar las cosas claras, y así se lo expuse a mi madre:
-Mamá, no quería llegar a esto; pero sino hay perro me voy de casa.- cuando se lo dije mi madre se limitó a mirarme con ojos graciosos, soltar una carcajada y sacudir la cabeza diciendo “de verdad estos niños, que ocurrencias…”

Pues mi madre estaba muy equivocada, por lo que rápidamente me fui a mi habitación, cogí una mochila y metí en ella un paquete de patatas fritas, dos botellas de coca-cola, tres paquetes de chuches y un paquete de chocolatinas. Después me dirigí a mi escritorio y rápidamente escribí una nota que decía:

Querida mamá:
Como ya te dije que tomaría medidas drásticas y me ignoraste he cortado por lo sano.
Me voy. Dale recuerdos a papá y a la insoportable de Sara.
Adiós, no me busquéis, ya que no me encontraréis.
Guio.

Después de escribir la nota la pasé por debajo de la puerta de la habitación de mis padres, cogí mi mochila y me la puse a la espalda, y por último cogí mi osito de peluche . Pasé por el recibidor de mi casa antes de salir y vi el bolso de mi madre, me acerqué lentamente y cogí cincuenta euros. Los metí en el bolsillo trasero de mi pantalón y salí de casa.

Me quedé ahí parada un buen rato pensando qué iba a hacer. Por el momento decidí ir a la caseta del perro de Tomás, mi mejor amigo, que solo vivía a dos calles de la mía.

Aquella noche dormí con Rufus, el perro de Tomás. Pero me tuve que despertar muy pronto para que la madre de Tomás no me viera y se lo dijera a la mía. Salí de casa de Tomás y me dirigí a la parada de autobús justo cuando paraba uno en la parada de enfrente de mi casa, así que corrí los metros que faltaban para llegar a la parada. A pesar de que no sabía hacia dónde se dirigía pronto empecé a reconocer el paisaje que nos rodeaba. Nos dirigíamos a la ciudad.
Empecé a pensaren todo lo que podía hacer y decidí que lo primero era lo primero. Iría a desayunar unos churros en celebración por el resultado de mi huída.


Después de llenar mi estómago decidí que era hora de ir a hacer una visita a los grandes almacenes. Fui a los que mi madre siempre decía que eran los más grandes. Había de todo, pero lo que me llamó la atención fueron todos los juguetes que había. Corrí hacia aquella sección y me maravillé. Estuve recorriendo aquella sección durante un par de horas cuando creí que mis ojos tenían visiones. Después de terminar allí me dirigí al supermercado que había.

 Cuando llegué lo primero que mi vista de felino divisó fueron los carritos de la compra.Me subí en uno y empecé a darle con el pie derecho para coger velocidad. El caso es que no salió muy bien como yo pensaba, ya que casi atropello a un pobre señor, después de hacer una súper-maniobra me choqué contra una montaña de  cajas de cereales, y contra una estantería que estuvo a puntito de caerse. Acto seguido de estos pequeños acontecimientos me echaron del supermercado, así que me quedé un rato ahí quieta pensando en qué hacer.

Asique decidí irme a comer.

Después de comer mi bolsa de patatas y unas cuantas chocolatinas me senté a la sombra de un árbol en un parque cercano a los grandes almacenes. Saqué a mi pobre osito de la mochila. No quería arriesgarme a perderlo. Estuve allí sentada, sin hacer nada hasta las cuatro.

Empecé a caminar sin saber muy bien qué hacer. Decidí ir al refugio de animales. Cuando llegué me sorprendí muchísimo, ¡había demasiado perros abandonados! Me acerqué al área donde los perros estaban haciendo sus cosas: dormir, jugar, comer… me metí en el recinto y cerré la puerta. Empecé a caminar. No había ninguno que me llamara la atención hasta que pase cerca de un rincón, ahí estaba mi perro, fue como un “flechazo”, me había “enamorado” de ese perro. Salí de la zona vallada y me acerqué al cuidador. El sacó al perro, le entregué todo el dinero que tenía y nos fuimos.

Nos dirigimos al parque y nos pusimos a jugar con una pelota que  Evol había encontrado de camino. En uno de los miles de lanzamientos que hicimos la pelota se fue y  Evol y ella, y no sé como pero acabamos en la playa de perros de la ciudad. Así que me parece que por telepatía nos pusimos de acuerdo ambos y corrimos hacia al agua sin pensárnoslo. Estuvimos allí un buen rato cuando una voz demasiado conocida para mí me dijo: - ¿¡Guio, que haces ahí!?- era la voz de mi madre, y parecía muy enfadada, yo tenía mucho  miedo… lentamente salí del agua y Evol me siguió.


Mamá me llevó a casa junto a Evol.

Una vez en casa me preguntaron que dónde había ido, yo les conté todo lo que había hecho desde que decidí ; cada vez que les contaba algo me miraban con cara de asombro. Pero cuando llegó el momento de explicarles que había adoptado a Evol porque me había “enamorado” de él no fue tan fácil como pensé.
Cuando me callé dando a entender que había terminado de hablar me miraron fijamente (sobre todo papá y mamá) sin decir una sola palabra.  Me dijo que nos quedábamos con Evol pero que tenía que cuidarlo yo solita, a lo que acepté felizmente y cuando yo estaba casi bailando de alegría mi madre añadió: PERO. Ante esa palabra yo me calmé rapidísimo, sabía que eso no era nada bueno…

Esperé a que acabara la frase: -estas castigada por un mes sin ir a visitar a Tomás y no puedes ver la televisión por tiempo indefinido.- al final no había sido tan malo y además tenía un perro maravilloso.