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lunes, 29 de abril de 2013

ARTE EN TOLEDO (1º PARTE)

Toledo es una ciudad que se encuentra en la España Central, y es la capital de la Comunidad Autónoma de Castilla LaMancha. Situada en la margen derecha del Tajo, en un colina sobre el río.

Mauricio Delgado era un vulgar personaje hijo de un herrero venido a menos, que tuvo la buena o mala fortuna de ser un apasionado de la pintura desde temprana edad. Ya en sus años de juventud rondaba las proximidades de la "Escuela de Artes y Oficios" de Toledo, y cada vez más a menudo se colaba en las clases del noble arte de pintar.
Ocurrió un día, para su desgracia, que se produjo un robo a uno de los profesores de pintura, y siendo Mauricio el único extraño en las clases, todos vertieron las culpas conta él; y de esta forma fue a dar con sus huesos en la prisión de Toledo, no habiendo cometido mayor pecado que estampar sobre un lienzo ageno los colores de una paleta olvidada por algún dueño despistado.
Pasó así Mauricio siete largos años entre rejas, durante los cuales no tuvo mayor distracción que alimentar su gusto por la pintura que años atrás despertó su talento.
Una vez en libertad y sin un techo en el que cobijarse en las frías noches toledanas, anduvo durante horas por las calles de la ciudad hasta llegar a "las Cuevas de Hércules". Con decisión se adentró en las ruinas, descendiendo hasta lo más profundo de la cueva, donde encontró un hueco del que hizo su pequeño mundo oscuro, pues todas las noches acudía al mismo sitio a descansar de las andaduras del día. Convirtióse en costumbre la intrusión nocturna en las cuevas, en las que Mauricio fue almacenando y escondiendo poco a poco varios útiles de pintura disimuladamente hurtados.
Fue la noche más oscura del mes de noviembre cuando se le ocurrió una idea que acabaría convirtiéndose en un plan perfecto que le llevaría a la gloria deseada. Sin pensarlo dos veces y con gran sigilo, salió de su escondite y se encaminó rápido a la Calle de la Trinidad, pasando por las Bóvedas Romanas de Nuncio Viejo. Tras alcanzar la Iglesia de Santo Tomé y dejar a un lado el Palacio de Fuensalida hallóse frente a su objetivo: "El Museo del Greco".
Hábilmente se adentró en el museo sin ser visto, siendo el frío y la oscuridad los únicos cómplices e su delito.

CONTINUARÁ...

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