Guárdate los pensamientos o grítaselos al viento...

Guárdate los pensamientos o grítaselos al viento...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Final de Wakefield

La señora Wakefield se levantó del sofá al oir que alguien entraba por la puerta.
Al ver la figura de su marido en el umbral, se le paró el corazón unos segundos, y la taza que sujetaba con ambas manos se precipitó hacia el suelo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y Wakefield no pudo reprimir una sonrisa, pero se quedó allí de pie, rodeada de tajantes trozos de porcelana.
¿Qué significaba aquello, el final, había llegado el fin de sus días y su difunto marido venía a llevársela al otro lado, para descansar por fin en paz? No, era real estaba allí de verdad, casi le costaba asimilarlo.
Quería gritarle y a la vez abrazarle, había tantas preguntas: ¿Dónde había estado?, ¿qué había hecho?, ¿por qué no había vuelto antes? De verdad le había roto el corazón, ¿podía confiar en él?Pero si después de tantos años había vuelto, sería por algo, después de tanto tiempo, la seguía queriendo.
A pesar de las dudas, de las miles de preguntas, le quitó la gabardina y se sentaron ante la chimenea, juntos, en silencio, porque lo importante era que había vuelto.

seguiremos






SEGUIREMOS-Macaco
Di si (oh oh) seguiremos (oh oh) 
Si dicen perdido yo digo buscando,
Si dicen no llegas de puntillas alcanzamos,
Y sí (oh oh) seguiremoos (oh oh).
Si dicen caíste yo digo me levanto
Si dicen dormido es mejor soñando

Entre unos y otros ahí estás tú
Somos los mismos somos distintos
Pero nos llaman multitud.
Perdonen que no me levante
Cuando digan de frente y al paso
No somos tropas no somos soldados
Mejor gotas sobre olas flotando.

Y si (oh oh) seguiremos (oh oh)
Si dicen perdido yo digo buscando,
Si dicen no llegas de puntillas alcanzamos,
Y sí (oh oh) seguiremoos (oh oh).
Si dicen caíste yo digo me levanto
Si dicen dormido es mejor soñando

Perdonen que no me aclere
En medio de este mar enturbiado
Nos hicieron agua trasparente
No me ensucien mas,
Yo ya me he manchado.
y es que hay una gran diferencia
entre pensar y soñar
yo soy de lo segundo
En cada segundo vuelvo a empezar.

Y sí (oh oh) seguiremos (oh oh)
Si dicen perdido yo digo buscando,
Si dicen no llegas de puntillas alcanzamos,
Y sí (oh oh) seguiremoos (oh oh).
Si dicen caíste yo digo me levanto
Si dicen dormido es mejor soñando

Hoy sabemos que lo importante es soñar, liberar nuestro
inconsciente, el filtro de censura del pensamiento, creemos
que al soñar perdemos un
tercio de nuestra vida, y nos equivocamos. (voz en off)

Y si (oh oh) seguiremos (oh oh)
Si dicen perdido yo digo buscando,
Si dicen no llegas de puntillas alcanzamos,
Y sí (oh oh) seguiremoos (oh oh).
Si dicen caíste yo digo me levanto
Si dicen dormido es mejor soñando
Si dicen caíste yo digo me levanto
Si dicen dormido es mejor soñando

Hoy sabemos que lo importante es soñar (voz en off)


PRIMER DESAFÍO

Como os veo tan animados con el blog, voy a empezar con el primer desafío. Hemos visto hoy lo que fue el surrealismo y hemos practicado con la técnica de "el cadáver exquisito". Además de que podéis ir colgando los versos que más os hayan gustado, os invito a realizar otro experimento. Aquí tenéis un cuadro de René Magritte, pintor surrealista. ¿Qué quiero que hagáis? Un texto inspirado por esta imagen que no supere las CINCO LÍNEAS. El tono puede ser lírico y surrealista, narrativo, una reflexión, una descripción literaria... Aquel que consiga más comentarios y considere a mi juicio el mejor tendrá un premio. Aún no sé cuál, pero algo se me ocurrirá... IMPORTANTÍSIMO: cuando publiquéis el texto tenéis que ponerle la etiqueta PRIMER DESAFÍO. Aquel que no lo haga no se tendrá el texto en consideración. ¡Animaos a escribir!
Memory. René Magritte.

jueves, 29 de noviembre de 2012

La vida:
Para muchos es un simple juego, y si caes en la casilla con forma de calavera te eliminas.
Otros piensan que la vida es como un reloj de arena, y cuando la arena deje de caer, el suave latido de tu corazón se apaga con mucha delicadeza.
Otros dicen que es como un partido de fútbol, juegas durante un rato y cuando la muerte pita el silbato todo se acaba.
La vida puede ser infinitas cosas, pero la más importante es vivir con riesgos, con alegría, sin importarte cuanto tu corazón dejará de sonar, sin preocupaciones. La vida está para gozarla con toda la fuerza posible, para que cuando el juego haya terminado, el reloj de arena haya cesado y que el partido haya llegado a su fin, puedas decir: he disfrutado todo lo que he podido.

A veces perderse es lo mejor


Dicen que después de algo malo, viene algo bueno. Que después de la tormenta siempre llega la calma, o que tras tantos días de lluvia siempre aparece el sol. Sin duda es cierto. Me alegro de haberme perdido por el camino para si haberme dado cuenta de ciertas cosas que sin duda antes no veía o quizá no quería ver. Hoy lo tengo un poquito más claro, y mi objetivo simplemente es vivir el día a día, hoy todo lo veo positivo, tengo ganas de cantar, de bailar, de reír y de soñar, si lo pienso ahora mismo soy feliz, voy recuperando mi sonrisa día a día. Y es que lo bueno de perderse es lo que te encuentras por el camino. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Juguemos.

Mejor juguemos a que todo está bien. A que todos estamos bien, a que no necesitamos alguien en quien confiar y a que nadie tiene problemas. Juguemos a la vida perfecta pero horrible. Juguemos a crear pesadillas.¿Divertido?



Carta de un hijo a un padre

Un padre que pasa por la alcoba de su hijo se asombró al ver la cama tan bien arreglada y todo bien recogido. Entonces vio un sobre colocado de forma prominente en el centro de la cama.

Estaba dirigida a, "Papá "

Con la peor premonición, él abrió el sobre y leyó la carta con las manos temblorosas:


Estimado Papá, es con gran pesar y dolor que estoy escribiéndote. Yo tenía que escapar con mi nueva novia porque quise evitar una escena con mamá y contigo. He encontrando una pasión real con Ana         y ella es tan buena, incluso con todas sus perforaciones, los tatuajes, y su ropa apretada de montar la Motocicleta.


Pero no es sólo la pasión papá, ella está embarazada y Ana me dijo que estaremos muy contentos. Aunque usted no la quiera ya que ella es mucho mayor que yo, ella ya posee un remolque en los bosques y tiene una pila de leña para calentarnos durante el invierno entero. Ella quiere tener muchos más niños conmigo y ése es ahora también uno de mis sueños.


Ana me enseñó que la marihuana realmente no hiere a nadie y la estaremos cultivando para nosotros y negociándola con sus amigos para vivir, y conseguir toda la cocaína y éxtasis que queremos. Mientras tanto, esperaremos que la ciencia encuentre una cura para el sida para que Ana pueda mejorar, se lo merece, es una buena chica.


No te preocupes Papá, yo tengo ahora 15 años y sé cuidarme. Algún día estoy seguro de que regresaremos a visitaros para que podáis conocer a vuestros nietos y a Ana, la mujer de mi vida


        Tu hijo, Miguel


P.D.: Papá nada de lo anterior es verdad. Yo estoy arriba en la casa del vecino.


Solo quise recordarte que hay cosas en la vida mucho peores que la tarjeta del informe escolar que está en mi escritorio.


¡Te quiero!
Llámame cuando pueda volver a la casa.

PD: De cualquier estudiante

 
CORAZÓN

Corazón..., linda palabra usada metafóricamente para los sentimientos, para el complicado mundo del amor y a la vez tan bello a pesar de sus faltas y lágrimas, pero amor y corazón son una linda fusión.

Por eso, no pretendan jamás que alguien esté al lado de uno sin amor, que esos lazos bellos y de complicidad no se trunquen porque esa persona no nos ame..., consigamos lo más lindo de esa relación y tal vez se pregunten qué es..., pues no es otra cosa que la Amistad, esa complicidad de dos personas que tan solo tienen que mirarse a los ojos para así poder saber lo que siente el otro.

Es el brindarle la mano al corazón amigo, es saber sacarle el jugo a esos momentos bellos que en un momento existieron, pero sin reproches, sin arrepentimientos, sin nada que ocultar. Así sí podemos ir directo al corazón de la persona que amamos aún sin ser correspondidos, pues el tiempo se encargará de contemplarlo con los ojos del cariño, de la amistad buena y rica, y entonces recordar con sonrisas los tiempos pasados.

Esto sólo se puede lograr si se va directo al corazón, sin engaños por ninguna de las partes y siempre con la suficiente confianza y complicidad de dos personas que han compartido un momento de sus vidas, ya que tal vez compartan más con otras personas, pero ese que ellos vivieron siempre será especial porque no se podrá repetir, habrán momentos diferentes, pero igual al vivido jamás."
 

Si tan solo supieras


Si tan solo supieras


Si tan solo lo supieras.


Lo bonito de la vida está pasando justo frente a mis ojos, atónito me quedo sin hablar pues el motivo que me corta las palabras se ha posado justo frente a mí. Siento que me quedo inmóvil, la sudoración se apodera de mi cuerpo y mis palabras se silencian y temen tan solo pronunciar tu nombre… nombre que se ha vuelto sagrado para mí.

Tú me miras con tus ojos de color azul mientras yo hago esfuerzos para sostenerte en mi mirada, me hablas preguntando por las cosas de todos los días buscando una respuesta de mi parte. De repente me debato entre responderte tan solo lo que me preguntas o dejar salir lo que mi corazón tiene guardado para ti.

Nunca imaginé que llegara este momento, solos tu, la noche dos estrellas y yo; siento que todo me da vueltas y la timidez se apodera cada vez de mí, trato de seguir la conversación sin que lo notes demasiado, pero siento que en algún momento llegará ese silencio inclemente que como si fuera un niño amenazándome con contar a su manera lo que siento por ti desde el día en que te hable por primera vez.

Me enfrento a la cobarde dicotomía de dejar salir de lo más profundo de mi ser el profundo amor que por ti siento arriesgándome a no ser correspondido y hacer tal vez el mayor de los ridículo o tal vez callar como un vil cobarde y arriesgarme a no saber si tal vez sientas lo mismo… debo tomar la decisión…ahora o nunca…

Siento que le tiempo pasa demasiado lento, todo da vueltas y la corriente no cesa de bombardear mi cuerpo, las palabras se niegan a salir y el corazón intenta salir atravesando mi garganta y mientras tanto, me pone frenético pues la consigna es decirte si o si que me muero por el receptor de tu cálidas miradas, el productor de tus más dulces palabras de amor, ser aquel que te protege te adora y te quiere sin igual… sin igual.

Pasan por mi mente mil imágenes de cómo sería nuestra vida si tan solo tuviese el valor suficiente para arrancar del anonimato lo mejor de mí y dártelo sin contemplar el tiempo ni el espacio en que vivimos, ni las noches que pasan ni las primaveras que vienen y se van. Mi sonrisa me delata y hace que sospeches que tengo algo que decir… pero no es algo… es todo… es el amor que me hace ver tan solo por tus bellos ojos marrón y que hacen que de nuevo retome mi lucha interna por decirte de una vez que quiero ser tu amor, tu vida y tu libertad. Por mi parte quiero ser tu apoyo quiero convertirme en tus alas y ayudarte a volar, quiero ser tu confidente, compañero gallardo caballero que te rescata de las inclementes tinieblas que amenazan tu bello ser. Es hora de que lo sepas, ya he tomado el valor, respiro profundo y aquí voy…

http://www.relatos-cortos.es

SI a superarse

No te derrumbes,
No pienses que no podrás,
Deja de rendirte ,
Deja de tener vergüenza por tonterías tu eres tu único y mejor amigo,tú y solo tú.

Piensa en volar y en soñar que es bueno , haz como dijo TOOD DOWNEY  "Se que puedo hacerlo"
 No pienses en cosas que aún no han pasado, vive el presente a tu manera de ser , no dejes que te cambien tu personalidad o aspecto de ser tu , simplemente  superate y no te vengas abajo

¿Para quién va mi alegría
y mis ganas de vivir?
¿Y para quién va
ésta poesia...?
Solamente para tí!!  

 TÚ ERES TÚ Y SOLO TÚ

NO SE PUEDE BORRAR LO QUE YA ESTA ESCRITO



Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella la que tiene que encontrarnos a nosotros, y eso será donde y cuando menos te lo esperes. Pero cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino, solo es el principio de otro. Esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estas tocando con las yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya solo importa el hoy el presente y lo que queda por venir. Porque no se puede borrar lo que ya esta escrito, y porque la vida es aquello que te sucede, mientras tu tratas de hacer otra cosa.


                           SENTIR...

Sentir,
sentir que tus mano es mi caricia,
sentir que tu sueño es mi deseo,
sentir que tu mirada es mi descanso,
sentir que tu nombre es mi cancion,
sentir que tu boca es mi refugio,
sentir que tu alma es mi regalo.
Sentir que existes...
sentir que vivo para amarte.



te amo


A TU LADO ¡SIEMPRE!
Si estás triste yo seré tu sonrisa,
y si lloras, yo seré tu consuelo.
Y
Si sientes que te han roto el corazón...
no te preocupes, del mío podemos vivir los dos!


Yo nunca te abandonaré,
siempre estaré a tu lado
hasta el fin de mis días,
hasta el último ladrido
a tu lado... SIEMPRE
AMIGO MÍO!!!


LO ERES SIMPLEMENTE TODO PARA MÍ
Eres mi vida y mi muerte;
pues me muero
si te veo y
no puedo,
vivir sin verte!!


POR SIEMPRE TUYO
Navegando por el mediterraneo,
se me perdió un alfiler.
Y sólo cuando
lo encuentre,
te dejaré de querer...


martes, 27 de noviembre de 2012


Todavía  me gusta que mi padre me lea por las noches, y a él le gustan los poemas, por lo que hace unas noches me leyó este poema de Edgar Allan Poe, titulado The raven, El cuervo, en español.

El fin de semana pasado estaba buscando capítulos de los Simpsons en mi ordenador cuando me topé con uno que me daba la sensación de haberlo visto sabiendo que no era verdad. Os dejo el fragmento del capitulo en el que sale el poema y el poema escrito en versión de los simpsons, en ingles y en castellano.
.


En un atardecer  triste y quejoso
meditaba yo, débil y abrumado,
sobre un volumen de ciencias muy curioso
de temas que ya estaban olvidados.
Mientras cabeceaba somnoliento,
oí como si repicaran suavemente
en la puerta cerrada del salón.
“Será alguna visita, —pensé yo—
que está llamando a la puerta de atrás.
Es eso, sólo eso y nada más.”
(Bart: uuy, qué miedo!)
(Lisa: Bart, el poeta está creando el ambiente.)
Ah, recuerdo claramente
aquel diciembre anodino,
y el rescoldo mortecino
que hacía sombra en el suelo.
Mientras pedía vanamente
a los libros un consuelo,
por la pérdida de aquella
que los ángeles por bella,
quisieron llamar Leonor.
“Oh mi amor!”
Oh hermosura excepcional,
que ya ha quedado sin nombre
por siempre, siempre jamás!
Me estremecí al ondular
de las púrpuras cortinas,
con ese ruido sedoso
del fantasma que camina.
Mi corazón temeroso
del pecho quería saltar,
y yo repetía angustiado
para poderlo callar:
“Es sólo un visitante que quiere entrar.
Es eso, eso sólo, y nada más.”
Mas de pronto mi alma tomó aliento
y sin dudarlo, lancé mi voz al viento:
“Señor —dije— o señora, lo lamento,
y os imploro perdón de corazón.
Pero ha ocurrido que,
como estaba yo medio dormido
y llamasteis tan sin hacer ruido
a la puerta de mi habitación,
pues apenas si os he oído.”
Y abrí de par en par:
(Bart: ¡Más vale que haya algo gordo!)
oscuridad, tan solo, y nada más.
(Bart: ¿Sabes qué hubiera dado más miedo que nada?
Lisa: ¿Queeé?
Bart: Cualquier cosa)
Di la vuelta tras cerrar;
sentía mi sangre caliente,
cuando de nuevo, oí llamar,
esta vez más fuertemente.
“Eso es —dije yo— eso es seguramente
que sin duda esta mañana
alguien dejó sin pensar
cualquier cosa en la ventana.”
Abrí de par los postigos
y entró, cual si fuera amigo,
con revoloteo ruidoso,
un cuervo majestuoso.
No hizo reverencia alguna,
y con un aire altanero
de dama o de caballero,
sin batir casi sus alas,
con la mirada despierta
saltó, se posó en la puerta,
luego en el busto de Pallas,
y nada más.
“Aunque tengas la cresta rala y lisa
no es tu actitud sumisa.
Tú, que por el margen de la noche vagas,
dime, cuál es tu nombre,
antes de que deshagas
lo que plutónicamente
te da el hombre, pájaro carroñero.”
(Bart: ¡Multiplícate por cero!
(Lisa: El cuervo dijo “nunca más”,
y nunca diría otra cosa.)
De pronto noté el aire perfumado:
un invisible incensario balanceado
(Homer: Oug! Qué incensariazo!)
por ángeles cuyo tintineo
quedaba en la alfombra amortiguado.
“Miserable”, le increpé;
“Dios por medio de estos querubines
te envuelve en el descanso y el sopor
que alivian el recuerdo de tu amor.
Apura, apura este filtro que asegura
el no acordarte más de tu locura.”
Y dijo el cuervo: “nunca más”.
“Que estas palabras sean tu despedida,
pájaro demonio; —chillé furioso—
aléjate de mi vida,
ve a tu noche de plutonio
y no dejes pluma atestiguando la mentira
que tu alma invoca.
Mi rebeldía se ha convertido en ira.
Baja del busto de roca,
no busques mi corazón
y desaparece de mi habitación.”
Y dijo el cuervo: “nunca más”.
“No busques, cuervo, mi corazón,
desaparece de mi habitación.”
Y dijo el cuervo: “nunca más “.
Y el cuervo inmóvil,
cerradas las alas
ahí sigue parado,
sobre el busto de Palas.
Guardián inmóvil
de mi imagen muerta,
escudriña mi ser
desde la puerta.


La luz proyecta su imagen en el suelo,
donde yace mi alma sin consuelo.
Donde ya siempre mi alma yacerá
pues no podrá levantarse

nunca más.
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<>Once upon a midnight dreary, while I pondered weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore,
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
`’Tis some visitor,’ I muttered, `tapping at my chamber door -
Only this, and nothing more.’
Ah, distinctly I remember it was in the bleak December,
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; – vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow – sorrow for the lost Lenore -
For the rare and radiant maiden whom the angels named Lenore -
Nameless here for evermore.
And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me – filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
`’Tis some visitor entreating entrance at my chamber door -
Some late visitor entreating entrance at my chamber door; -
This it is, and nothing more,’
Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
`Sir,’ said I, `or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you’ – here I opened wide the door; -
Darkness there, and nothing more.
Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the darkness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, `Lenore!’
This I whispered, and an echo murmured back the word, `Lenore!’
Merely this and nothing more.
Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
`Surely,’ said I, `surely that is something at my window lattice;
Let me see then, what thereat is, and this mystery explore -
Let my heart be still a moment and this mystery explore; -
‘Tis the wind and nothing more!’
Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately raven of the saintly days of yore.
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door -
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door -
Perched, and sat, and nothing more.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
`Though thy crest be shorn and shaven, thou,’ I said, `art sure no craven.
Ghastly grim and ancient raven wandering from the nightly shore -
Tell me what thy lordly name is on the Night’s Plutonian shore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’
Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning – little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door -
Bird or beast above the sculptured bust above his chamber door,
With such name as `Nevermore.’
But the raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only,
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing further then he uttered – not a feather then he fluttered -
Till I scarcely more than muttered `Other friends have flown before -
On the morrow he will leave me, as my hopes have flown before.’
Then the bird said, `Nevermore.’
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
`Doubtless,’ said I, `what it utters is its only stock and store,
Caught from some unhappy master whom unmerciful disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore -
Till the dirges of his hope that melancholy burden bore
Of “Never-nevermore.”‘
But the raven still beguiling all my sad soul into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore -
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking `Nevermore.’
This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom’s core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion’s velvet lining that the lamp-light gloated o’er,
But whose velvet violet lining with the lamp-light gloating o’er,
She shall press, ah, nevermore!
Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by Seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
`Wretch,’ I cried, `thy God hath lent thee – by these angels he has sent thee
Respite – respite and nepenthe from thy memories of Lenore!
Quaff, oh quaff this kind nepenthe, and forget this lost Lenore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’
`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil! -
Whether tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted -
On this home by horror haunted – tell me truly, I implore -
Is there – is there balm in Gilead? – tell me – tell me, I implore!’
Quoth the raven, `Nevermore.’
`Prophet!’ said I, `thing of evil! – prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us – by that God we both adore -
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels named Lenore -
Clasp a rare and radiant maiden, whom the angels named Lenore?’
Quoth the raven, `Nevermore.’
`Be that word our sign of parting, bird or fiend!’ I shrieked upstarting -
`Get thee back into the tempest and the Night’s Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! – quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!’
Quoth the raven, ‘Nevermore’.


And the raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon’s that is dreaming,
And the lamp-light o’er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted – nevermore!
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Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada,
meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
“Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal;
sólo eso y nada más.”
¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la perdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
y aquí nadie nombrará.
Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
“No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
un tardío visitante esperando en mi portal.
Sólo eso y nada más”.
Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
“Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
que dudé de haberlo oído…”, y abrí de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.
La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra “Leonor”, que yo me atreví a susurrar…
sí, susurré la palabra “Leonor” y un eco la volvió a nombrar.
Sólo eso y nada más.
Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.
“Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, que misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!”.
Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
fue, posóse y nada más.
Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,
en sonriente extrañeza mi gris solemnidad.
“Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser
osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.
Que una ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa
sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
que se llamara “Nunca más”.
Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
hasta que al fin musité: “Vi a otros amigos volar;
por la mañana él también, cual mis anhelos, volará”.
Dijo entonces :”Nunca más”.
Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
“Sin duda – dije-, repite lo que ha podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
que en su caída redujo sus canciones a un refrán:
“Nunca, nunca más”.
Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané con recelo
en descubrir que quería la funesta ave ancestral
al repetir: “Nunca más”.
Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;
eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada
sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,
y ya no usará nunca más!.
Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar musical.
“¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Diós estos ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!”.
Dijo el cuervo: “Nunca más”.
“¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.
“¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,
dile a este desventurado si en el Edén lejano
a Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar”.
Dijo el cuervo: “¡Nunca más!”.
“¡Diablo alado, no hables más!”, dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!”
Dijo el cuervo: “Nunca más”.
Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
no se alzará…¡nunca más!




  Duele...


Duele darse cuenta de que nada es como parece. Duele pensar en una forma de vida en la cual te sientes sola y abandonada. Duele mirar atrás recordar cada instante perfecto, en un lugar maravilloso. Un lugar que ya solo pertenece al pasado. Duele mirar un reloj y contemplar como sus agujas solo giran en un sentido. Todo igual, todo monótono, todo gris. Pero lo que más duele es ver la vida pasar, sin dar segundas oportunidades a vivir. Por eso no me arrepiento de ninguna de las decisiones que tomo, porque la mitad me harán sufrir, y la otra mitad me convertirán en una egoísta, pero seguiré siempre siendo yo misma, habré aprendido la definición de la palabra vida.


lunes, 26 de noviembre de 2012

  ¡FELIZ CUPLEAÑOS INÉS!

Se que esto no es ni niguna redacción, ni niguna foto, ni nada por el estilo, pero me gustaría felicitar a Inés, ya que hoy es su cumpleaños y para mi es muy importante. Inés y yo no nos hemos llevado muy bien siempre pero ha estado conmigo en mis peores y mejores momentos, y por eso es una persona que desde hace ya algun tiempo, es muy importante para mi.
Además por este blog nos podemos felicitar entre nosotros, y eso me parece muy buena idea, ya que asi de alguna manera ya estas haciendo amigos.
¡Asi que no os cortéis y comentar y felicitar!

EL CAMINO DE LA AUTODEPENDENCIA (CAPÍTULO 1: SITUACIÓN)

Dice Hamlet Lima Quintana:

Todo depende de la luz,
de la manera de iluminar las cosas...
Todo depende de la forma, 
de los contornos,
de las interpolaciones 
y de las dudas.
Todo también depende 
de que el tiempo nos marque,
de que los espacios nos den los titulares.
El verdadero problema es elegir entre 
perseguir las sombras
o resignarse a ser el perseguido.
Un extraño "To be or not to be"
en este casi ser
en este casi no ser.
Salir desde las sombras
o hacer las sombras perdurables.
Y en la última etapa del abismo
después de liberar a los otros,
a todos los que son los otros, 
recordar,
sin urgencias,
que uno es el preso.
Y a partir de allí...
liberarse.


Para entender la dependencia, vale la pena empezar a pensarnos de alguna manera liberados y de muchas maneras prisioneros. En este "casi ser y casi no ser" que evoca el poeta, pensarnos desde la pregunta:   ¿Qué sentido y qué importancia le dará cada uno de nosotros al hecho de depender o no de otros?

Retomo aquí el lugar donde una vez abandoné una idea, que definí con una palabra inventada: Autodependencia.
¿no había ya suficientes palabras que incluyeran la misma raíz?

Dependencia
Co-dependencia
Inter-dependencia
In-dependencia

¿Hacía falta una más?
Creo que sí.

La palabra dependiente deriva de pendiente, que quiere decir literalmente que cuelga (de pendere), que está suspendido desde arriba, sin base, en el aire.
Pendiente significa también incompleto, inconcluso, sin resolver. Si es masculino designa un adorno, una alhaja que se lleva colgando como decoración. Si es femenino, define una inclinación, una cuesta hacia abajo   presumiblemente empinada y peligrosa.

Con todos estos significados y derivaciones no es raro que la palabra de-pendencia evoque en nosotros estas imágenes que usamos como definición:

Dependiente es aquel que se cuelga de otro, que vive como suspendido en el aire, sin base, como si fuera un adorno que ese otro lleva. Es alguien que está cuesta abajo, permanentemente incompleto, eternamente sin resolución.

Había una vez un hombre que padecía un miedo absurdo, temía perderse entre los demás. Todo empezó una noche, en una fiesta de disfraces, cuando él era muy joven. Alguien había sacado una foto en la que aparecían en hilera todos los invitados. Pero al verla, él no se había podido reconocer. El hombre elegido un disfraz de pirata, con un parche en el ojo y un pañuelo en la cabeza, pero muchos habían ido disfrazados de un modo similar. Su maquillaje consistía en un fuerte rubor en las mejillas y un poco de tizne simulando un bigote, pero disfraces que incluyeran bigotes y mofletes pintados había unos cuantos. Él se había divertido mucho en la fiesta, pero en la foto todos parecían estar muy divertidos. Finalmente recordó que al momento de la foto él estaba del brazo de una rubia, entonces intentó ubicarla por esa referencia; pero fue inútil: más de la mitad de las mujeres eran rubias y no pocas se mostraban en la foto del brazo de piratas.
El hombre quedó muy impactado por esa vivencia y, a causa de ello, durante años no asistió a ninguna reunión por temor a perderse de nuevo.
Pero un día se le ocurrió una solución: cualquiera fuera el evento, a partir de entonces, el se vestiría siempre de marrón. Camisa marrón, pantalón marrón, saco marrón, medias y zapatos marrones. "Si alguien saca una foto, siempre podré saber que el de marrón soy yo", se dijo.
Con el paso del tiempo, nuestro héroe tuvo cientos de oportunidades para confirmar su ausencia: al tropezarse espejos de las grandes tiendas, viéndose reflejado junto a otros que caminaban por ahí, se repetía tranquilizador: "Yo soy el hombre de marrón".
Durante el invierno que siguió, unos amigos le regalaron un pase para disfrutar de una tarde en una sala de baños de vapor. El hombre aceptó gustoso; nunca había estado en un sitio como ese y había escuchado de boca de sus amigos las ventajas de la ducha escocesa, del baño finlandés y del sauna aromático.
Legó al lugar, le dieron dos toallones y lo invitaron a entrar en un pequeño box para desvestirse. El hombre se quitó el saco, el pantalón, el pullóver, la camisa, los zapatos, las medias... y cuando estaba a punto de quitarse los calzoncillos, se miró al espejo y se paralizó. "Si me quito la última prenda, quedaré desnudo como los demás", pensó. "¿Y si me pierdo? ¿Cómo podré identificarme si no cuento con esta referencia que tanto me ha servido?"
Durante más de un cuarto de hora se quedó en el box con su ropa interior puesta, dudando y pensando si debía irse... Y entonces se dio cuenta que, si bien no podía permanecer vestido, probablemente pudiera mantener alguna señal de identificación. Con mucho cuidado quitó la hebra de pulóver que traía y se la ató al dedo mayor de su pie derecho. "Debo recordar esto por si me pierdo: el que tiene la hebra marrón en el dedo soy yo", se dijo.
Sereno ahora, con su credencial, se dedicó a disfrutar del vapor,los baños y un poco de natación, sin notar que entre idas y zambullidas la lana se resbaló de su dedo y quedó flotando en el agua de la piscina. Otro hombre que nadaba cerca le comentó a su amigo: "Qué casualidad, este es el color que siempre quiero describirle a mi esposa para que me teja una bufanda; me voy a llevar la hebra para que busque la lana del mismo color". Y tomando la hebra que flotaba en el agua, viendo que no tenía dónde guardarla, se le ocurrió atársela en el dedo mayor del pie derecho.
Mientras tanto, el protagonista de esta historia había terminado de probar todas las opciones y llegaba a su box para vestirse. Entró confiado, pero al terminar de secarse, cuando se miró en el espejo, con horror advirtió que estaba totalmente desnudo y que no tenía la hebra en el pie. "Me perdí", se dijo temblando, y salió a recorrer el lugar en busca de la hebra marrón que lo identificaba. Pocos minutos después observando detenidamente en el piso, se encontró con el pie de orto hombre que llevaba el trozo de lana marrón en su dedo. Tímidamente se acercó a él y le dijo: "Disculpe señor. Yo sé quién es usted, ¿me podría decir quién soy yo?"

Y aunque no lleguemos al extremo de depender de otros para que nos digan quienes somos, estaremos estaremos cerca si renunciamos a nuestros ojos y nos vamos solamente a través de los ojos de los demás. Depender significa literalmente entregarme voluntariamente a que otro me lleve y me traiga, a que otro arrastre mi conducta según su voluntad y no según la mía. La dependencia es para mí una instancia siempre oscura y enfermiza, una alternativa que, aunque quiera ser justificada por miles de argumentos, termina conduciendo irremediablemente a la imbecilidad.

La palabra imbécil la hemos heredado de los griegos, quienes la usaban para llamar a aquellos que vivían apoyándose sobre los demás, los que dependían de alguien para poder caminar.
Y no estoy hablando de los individuos transitoriamente en crisis, de heridos y enfermos, de discapacitados genuinos, de débiles mentales, de niños ni de jóvenes inmaduros. Éstos viven, con toda la seguridad, dependientes, no hay nada malo ni de terrible en esto, porque naturalmente no tienen la capacidad ni la posibilidad de dejar de serlo.
Pero aquellos adultos sanos que sigan eligiendo depender de otros se volverán, con el tiempo, imbéciles sin retorno. Muchos de ellos han sido educados para serlo, porque hay padres que liberan y hay padres que imbecilizan.
Hay padres que invitan a sus hijos a elegir devolviéndoles la responsabilidad sobre sus vidas a medida que crecen, y también hay padres que prefieren estar siempre cerca "Para ayudar", "Por si acaso", "Porque él (cuarenta y dos años) es tan ingenuo" y "Porque ¿para qué está la planta que hemos ganado si no es para ayudar a nuestros hijos?".
Esos padres morirán algún día y esos hijos van a terminar intentando usarnos a nosotros como el bastón sustituyente.
No puedo justificar la dependencia porque no quiero avalar la imbecilidad.

Existen varias clases de imbéciles:

Los imbéciles intelectuales, que son aquellos que creen que no les da la cabeza (o temen que se les gaste si la usan) y entonces le preguntan al otro: ¿Cómo soy? ¿Qué tengo que hacer? ¿A dónde tengo que ir? Y cuando tienen que tomar una decisión van por el mundo preguntando "Tú ¿qué harías en mi lugar?". Ante cada acción construyen un equipo de ascensores para que piense por ellos. Como en verdad creen que no pueden pensar, depositan su capacidad de pensar en otros, los cual es bastante inquietante. El gran peligro es que a veces son confundidos con la gente genuinamente considerada y amable, y pueden terminar, por confluyentes, siendo muy populares.

Los imbéciles afectivos son aquellos que dependen todo el tiempo de que alguien les diga que los quiere, que los ama, que son lindos, que son buenos...

- ¿Me quieres?
- Si, te quiero...
- ¿Te molesto?
- ¿Qué cosa?
- Mi pregunta
- No, ¿porqué me iba a molestar?
- Ah... ¿Me sigues queriendo?

(¡Para pegarle!)

Un imbécil afectivo está permanentemente a la búsqueda de otro que le repita que nunca, nunca, nunca lo va a dejar de querer. Todos sentimos el deseo normal de ser queridos por la persona que amamos, pero otra cosa es vivir para confirmarlo.

Y por último...
Los imbéciles morales, sin duda los más peligrosos de todos. Son los que necesitan permanentemente aprobación del afuera para tomar sus decisiones.
El imbécil morales alguien que necesita a otro para que le diga si lo que hace está bien o mal, alguien que todo el tiempo está pendiente de si lo que quiere hacer corresponde o no corresponde, si es o no lo que el otro o la mayoría harían.

Cuando alguno de estos modelos de dependencia se agudiza y se deposita en una sola persona del entorno, el individuo puede llegar a creer sinceramente que no podría subsistir sin el otro. Por lo tanto, empieza a condicionar cada conducta a ese vínculo patológico al que se siente a la vez como su salvación y su calvario. Todo lo que hace está inspirado, dirigido, producido o dedicado a halagar, enojar, seducir, premiar o castigar a aquel de quien depende.
Este tipo de imbéciles son los individuos que modernamente la psicología llama COdependientes.
Un codependiente es un individuo que padece una enfermedad similar a cualquier adicción, diferenciada solo por el hecho de que su "droga" es un determinado tipo de personas o una persona en particular.
Exactamente igual que cualquier otro síndrome adictivo, el codependiente es portador de una personalidad proclive a las adicciones y se puede, llegando al caso, realizar actos casi irracionales para proveerse "la droga". Y como sucede en la mayoría de las adicciones, si se viera bruscamente privado de ella podría caer en un cuadro de abstinencia.
La codependencia es el grado superlativo de la dependencia enfermiza. La adicción queda escondida detrás de la valoración amorosa y la conducta dependiente se incrusta en la personalidad como la idea: "No puedo vivir sin ti".

Siempre alguien argumenta:
-...Pero, si yo amo a alguien, y lo amo con todo mi corazón, ¿no es cierto acaso que no puedo vivir sin él?
Y yo siempre contesto:
- No, la verdad es que no.

La verdad es que siempre puedo vivir sin otro, siempre, y hay dos personas que deberían saberlo: yo y el otro. Me parece horrible que alguien piense que yo no puedo vivir sin él y crea que si decide irse, me muero... Me aterra la idea de convivir con que alguien crea que soy imprescindible en su vida.
Estos pensamientos son siempre de una manipulación y una exigencia siniestras.

El amor siempre es positivo y maravilloso, nunca es negativo, pero puede ser la excusa que yo utilizo para volverme adicto.
Por eso suelo decir que el codependiente no ama; él necesita, él reclama, él depende, pero no ama.

Sería bueno empezar a deshacernos de nuestras adicciones a las personas, abandonar esos espacios de dependencia y ayudar al otro a que supere los propios.

Me encantaría que la gente que yo quiero me quisiera; pero si esa gente no me quiere, me encantaría que me lo dijera y se fuera (o que no me lo diga pero se fuera). Porque no quiero estar al lado de quien no quiere estar conmigo...
Es muy doloroso. Pero siempre será mejor que si te quedas engañándome.

Dice Antonio Porchiga en su libro de Voces:
"Han dejado de engañarte, no de quererte, y sufres como si hubieran dejado de quererte".
Claro, a todos nos gustaría evitar la odiosa frustración de no ser queridos. A veces, para lograrlo, nos volvemos neuróticamente manipuladores: Manejo la situación para poder engañarme y creer que me seguís queriendo, que seguís siendo mi punto de apoyo, mi bastón.
Y empiezo a descender. Me voy metiendo en un pozo cada vez más oscuro buscando la iluminación del encuentro.
El primer peldaño es intentar transformarse en una necesidad para ti mismo.
Me vuelvo tu proveedor selectivo: te doy todo lo que quieras, trato de complacerte, me pongo a tu disposición para cualquier cosa que necesites, intento que dependas de mí. Trato de generar una relación adictiva, reemplazo mi deseo de ser querido por el de ser necesitado. Porque ser necesitado se parece tanto a veces a ser querido... Si me necesitas, me llamas, me pides, me delegas tus cosas y hasta puedo creer que me estas queriendo.

Pero a veces, a pesar de todo lo que hago para que me necesites,
tú no pareces necesitarme. ¿Qué hago? Bajo un escalón más.
Intento que tengas lástima...
Porque la lástima también se parece a ser querido...
Así, me hago la víctima (Yo que te quiero tanto... y tú no me quieres), quizás...

Este camino se transita demasiado frecuentemente. De hecho,
de alguna manera todos hemos pasado por ese jueguito. Quizá no tan insistentemente como para dar lástima, pero quién no dijo:
"¡Cómo me haces esto a mí!"
"Yo no esperaba esto de ti, estoy muy defraudado... estoy tan dolorido..."
"No me importa si no me quieres... yo si que te quiero".

Pero la bajada continúa...
¿Y si consigo que te apiades de mí? ¿Qué hago? ¿Soporto tú indiferencia?...
¡Jamás!
Si llegué hasta ahí, por lo menos voy a tratar de conseguir que me odies.

A veces uno se saltea alguna etapa... baja dos escalones al mismo tiempo y salta de la búsqueda de volverse necesitado directamente al odio, sin solución de continuidad. Porque, en verdad, lo que no soporta es la indiferencia.

Y sucede que uno se topa con gente mala, tan mala que...
¡ni siquiera quiere odiarnos! Qué malas personas, ¿verdad?
Quiero que aunque sea  me odies y no lo consigo.
Entonces... estoy casi en el fondo del pozo. ¿Qué hago?
Dado que de ti y de tu mirada, haría cualquier cosa para no tener que soportar tu indiferencia.
Y muchas veces bajo el último peldaño para poder tenerte pendiente:
Trato de que me tengas miedo.
Miedo de lo que puedo llegar a hacer o a hacerme.

Cuando la búsqueda de tu mirada se transforma en dependencia, el amor se transforma en una lucha por el poder. Caemos en la tentación de ponernos al servicio de otro, de manipular un poco su lástima, de darle bronca y hasta amenazarle con el abandono, con el maltrato o con nuestro propio sufrimiento...

Tomando como única condición el deseo sincero de superar la adicción, la codependencia se trata y se cura.

La propuesta es:

Abandonar TODA dependencia

Ésta no es ninguna originalidad, todos los colegas, maestros, gurúes y filósofos del mundo hablan de esto. E l problema es: ¿Hacia dónde abandonarla?

Los colegas han encontrado una solución, la INTERdependencia. En la interdependencia yo dependo de ti y tu dependes de mí.
Esta solución es, como mínimo, desagradable. Y de máxima, una elección del mal menor, una especie de terapia de sustitución. No me gusta como "soluciona" la interdependencia. Puede ser más sana o más enfermiza, pero de todos modos es un premio de consuelo, porque equivale a pensar que si bien yo dependo de ti, como tú también dependes de mí, no hay problema porque estamos juntos.

Siempre digo que los matrimonios del mundo se dividen en dos grandes grupos: aquellos donde ambos integrantes quieren haber sido elegidos  una vez y para siempre, y aquellos a los que no les gusta ser elegidos todos los días, estar en una relación de pareja donde el otro siga sintiendo que  que te vuelve a elegir. No por las mismas razones, pero te vuelve a elegir.

La interdependencia parece generar lazos indisolubles que se sostienen porque dependo y dependes, y no desde la elección actualizada de cada uno. Porque los interdependientes son dependientes; y cuando uno depende, ya no elige más...

Así que, aparentemente, solo queda una posibilidad:
La INdependencia.

Independencia quiere decir simplemente llegar a no depender de nadie. Y esto sería maravilloso si no fuera porque implica una mentira: nadie es independiente.
La independencia es una meta inalcanzable, un lugar utópico y virtual hacia el cual dirigirse, que no me parece mal como punto de dirección, pero que hace falta mostrar como imposible para no quedarnos en una eterna frustración.

¿Por qué es imposible la independencia?
Porque para ser independiente habría que ser autosuficiente, y nadie lo es. Nadie puede prescindir de los demás en forma permanente.

Ahora bien. Si la interdependencia es imposible... la codependencia es enfermiza... la interdependencia no es solución... y la dependencia no es deseable... ¿entonces qué? Entonces, yo inventé una palabra:

Autodependencia


(Esto es un pequeño libro escrito por Jorge Bucay que me ha parecido muy interesante y he decidido compartir. Cada cierto tiempo, publicaré algunos capítulos más)

Continuará...  




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