LA VIUDA DE LUTO:
Tengo una vecina muy extraña. Ella
vive en uno de los pisos que se encuentran encima del bar de la esquina, es
decir, justo en frente de mi edificio.
Me paso las horas mirando por mi
ventana y observando a esta anciana.
Ella tiene siete gatos y nunca sale
a la calle. No se lo he contado a nadie porque pensarían que soy un cotilla,
pero no es así, esto no me había pasado nunca con nadie. Al ir y volver todos
los días del colegio me fijo en esa triste y vieja ventana de aquel antiguo
edificio. Siempre encuentro la misma lamparilla encendida y a la anciana
sentada en el mismo sillón. La anciana está tejiendo uno de esos tantos
abriguitos para sus queridos gatos. Parece que no tiene otra cosa que hacer, no
tiene familia, no tiene amigos… solo sus gatos.
Esta anciana me llegó a llamar tanto
la atención que decidí investigar sobre ella. Así que crucé la calle y me
dirigí hacia ese desolador edificio. Encontré
su nombre en el buzón; ella se llamaba Dolores Fernández. Hubo algo que me
extrañó mucho, junto al nombre de Dolores se encontraba el nombre de un hombre,
llamado Alonso García. Que extraño, nunca había visto un hombre en aquel
pequeño piso.
Decidí ir al bar y preguntar sobre
ella, seguro que los empleados sabían algo. Efectivamente, los empleados y el
jefe me dijeron que Dolores se había
quedado viuda hacía casi ocho años. También me dijeron que según un rumor del
barrio, cada 2 de octubre, cuando se cumplía otro año de la muerte de su
marido, ella se vestía de luto y recorría todas las calles del barrio, tirando
en cada una, una rosa roja. Pero nadie sabía por qué lo hacía.
Después de saber esto, Dolores, la
vieja y triste Dolores, me dio mucha lástima. Supongo que fue por eso el que
quisiera hablar con ella. Seguramente le gustaría hablar con alguien después de
haber pasado los últimos ocho años hablando simplemente con el dueño del bar
para que le llevara la comida cada semana.
Me daba algo de miedo subir a esa
casa, así que pensé que sería mejor hablar con ella cuando bajase a la calle el
2 de octubre, además estábamos a 30 de Septiembre, no faltaba mucho.
Cuando por fin cayó la noche del 2
de octubre, me entró miedo, quizá sería mejor hablar con ella en su casa.
Mientras pensaba esto, vi a la anciana salir del edificio. Me fijé en su
rostro, esa triste expresión, ¡tenía que hablar con ella! Allí estaba yo, en la calle, por la noche, y
tan solo a unos metros de la anciana. Parecía que ella no se había dado cuenta
de que yo estaba ahí. La paré, me presenté y por fin conseguí entablar
conversación con ella. Me confesó que desde que su marido murió nadie conseguía
llenar aquel vacío tan grande en su interior, por eso tenía tantos gatos, pero
ni así había conseguido olvidar a su amado marido. También me dijo que cada año
tiraba una rosa en cada calle porque su marido hacía eso cada aniversario como
muestra de su amor por ella.
Después de contarme todo esto me
dijo que ahora se sentía mejor, que no se lo había podido decir a nadie porque
no tenía amigos ni familia. Ella se sentía mejor y yo también. Ahora me sentía
invencible, era su amigo, confiaba en mí, y yo estaba encantado de poder
ayudarla.
Pero la anciana me preguntó si podía
hacer algo por ella; yo respondí que “claro, por supuesto”, y entonces me lo
pidió. Allí fue cuando me quise desplomar, morirme, no podía creerme lo que la
anciana me acababa de pedir… No podía ser, ¡me estaba pidiendo que la matara!
Decía que gracias a mi se había dado cuenta de que ya no podía hacer nada más,
solo quería irse con su marido. Yo estaba muerto de miedo, subí corriendo la
calle y por fin llegué a mi casa, me metí en mi habitación y me quedé dormido.
Cuando me desperté me di cuenta de
que la noche anterior había cometido un gran error dejando a la anciana sola.
Miré por la ventana, las luces de su casa estaban apagadas. Estaba
aterrorizado.
¿Dónde podría estar? No la
encontraba, me estaba agobiando y había una rosa en cada calle. Fue entonces
cuando la vi, yacía muerta sobre un banco.
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JIMENA GALIANA 2º A
Muy bien Jimena. Una historia un tanto inquietante, sobre todo por la situacion final, cuando la anciana le pide que la mate. Es una situacion en la que, por ejemplo, podria encontrarse un medico(bueno, esque que nos pase a uno de nosotros es algo mas extraño) pero que es una decision que implica tantas cosas ...
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :)
EliminarEstoy de acuerdo, ciertamente es un relato intenso, y tratas de mantener la atención del lector en todo momento, lo cual es importante. Quizá me resulta demasiado simple el porqué de la acción de la anciana. Me gusta especialmente el final, está bien trabajado. ¡Enhorabuena, Jimena!
ResponderEliminarJimena, esta genial. cuando empiezas el cuento con la vecina extraña no te imaginas que va a pasar al final.Me a encantado
ResponderEliminar¡Muchas gracias a los dos!
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