EL SUEÑO REVELADOR

-¡No! gritó Blanca. - ¡Nunca le direis quien es su verdadero padre!

-¿Quién me lo va a impedir? le preguntó Eric. - Vos no sois nada suyo...

-Venga niños a la cama.

-No mami, termina el cuento porfi.

-Ya es tarde mañana lo terminaremos. Buenas noches pequeños.

Aquella noche me fui a la cama prontito, ya que mi madre no nos dejaba seguir leyendo el cuento y además, porque estaba muy cansada.

Me quedé pensando durante mucho timepo que aquel cuento que nos estaba leyendo mi madre me sonaba mucho, pero bueno no le di mucha importancia.

Como de costumbre, cuando me levanté, mi hermano pequeño me preguntó que había soñado, y la única respuesta que encontré fue:

-La verdad es que nunca antes había soñado algo asi.

-¡Pero dime, dime! repitió.

-Pues tenía que ver con el principio del cuento. Una noche encontraba la tumba de Laura vacía...

-Pero... Pero si Laura está muerta. Papá lo vio.

-Ya, ya pero es un sueño...

Entonces vi que mamá nos estaba observando desde una pequeña ranura de la puerta. Tenía una cara... una cara de preocupación, como si supiera que mi sueño iba a revelar algo.

Esta tarde oi que papá y a mamá estaban hablando de Laura. Mamá no paraba de repetir una y otra vez que lo ibamos a descubrir y papá se lo negaba tantas veces como hiciera falta.

Me quedé pensando en sus palabras... ¡Pero que ibamos a descubrir!

Me fui refunfuñando a mi cuarto y estuve pensando en las palabras de mis padres... A lo mejor Laura estaba viva, pero ¿Por qué?, porque ahora, Laura murió hace siete años, si hubiera sobrevivido a aquel accidente estaría con nosotros, pero no es asi, y además si mi padre supiera que está viva no nos lo ocultaría... O eso creo.

Por la noche, en la cena saqué el tema:

- Mamá, mañana podemos ir a poner flores a la tumba de Laura.

-No cariño.

-Pero ¿Por qué? hace mucho que no vamos.

-Otro día amor.

-¡No es justo! ¡Nunca vamos! ¡Estoy harta!

-Paula cálmate.

-¡No quiero! Entonces salí corriendo en dirección a la puerta.

Y en ese momento...

-¡Laura! Pero... Pero ¿Dónde estabas? ¿Estas bien? Pasa, pasa.

En ese momento no sabía que hacer, después de siete años mi hermana aparecía.

-¡Laura! gritó mi madre. Fue corriendo y le dio el abrazo más grande que una madre puede dar a su hija.

Esa noche a todos se nos planteaban un millón de preguntas, pero nose porque no se las hicimos. Pero lo importante es que Laura había vuelto.