Una extraña relación

Oí a mi madre que me llamaba y baje corriendo las escaleras.

-Mamá, ¿que me pongo? el vestido rosa es muy bonito, ¡pero es que el rojo también!

-Cielo ponte el que más te guste. Ve al salón y ayuda a tu padre a poner la mesa ¿quieres?

-¡Voy mami!

Hoy venían invitados a comer. Mi vecina Laura se había ido a vivir a Miami, y habían venido nuevos vecinos. Mis padres querían que se sintiesen cómodos en su nuevo vecindario y les invitamos a comer.

Me habían dicho que el matrimonio tenía un hijo, y como soy muy coqueta me había arreglado lo mejor posible. 

-Papi, ¿puedo ponerme pintalabios?

-¡Jajajajaja! Tatiana, no creo que a tu madre le hiciera mucha gracia. Además, solo tienes 6 añitos... todavía eres muy pequeña.

-¡Jamie, apaga la televisión!

-Sí claro papá.

-¡Que la apagues o te quito la televisión de tu cuarto!

Gateé de mala gana por la cama hasta llegar al televisor y lo apagué. Los nuevos vecinos nos habían invitado a comer en su casa y me habían obligado a asistir. Me di una ducha y me cambie de ropa.

-Haz el favor de peinarte un poco Jaime.

-Por que tu lo digas.

-¡Ehh señorito, ni se te ocurra hablarle así a Susana!

-No puede darme ordenes, no es mi madre.

Mi padre se había divorciado de mi madre cuando tenía 7 años, a los 8 murió mi madre y un mes después se casó con esa mujer.
Mis compañeros y profesores dicen que he cambiado desde el fallecimiento de mi madre, que ahora todo me da igual. ¿Y que les importa a ellos?

¡Ding, Dong! Se escuchó el timbre por primera vez. ¡Ding, dong, ding, dong, ding, dong!

-¡Voy yo!
Paré el capítulo de los Simpsons que estaba viendo y fui corriendo para abrir la puerta. Al otro lado habían dos chicos discutiendo y decidí que quería una comida alegre por lo que abrí la puerta.
-¡Hola! Pasar, pasar...

                                                                      Continuara...