Guárdate los pensamientos o grítaselos al viento...

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lunes, 29 de abril de 2013


CORALINE
El cómic me ha gustado porque es de misterio y tiene aventuras.
Me gusta mucho la idea de que la niña se vaya a otro mundo paralelo al suyo en el que sus padres son siniestros y la quieren transformar en una de ellos, y en el que sus conocidos quieren confundirla para que se quede con ellos.
También me gusta como Neil Gaiman crea a un personaje a juego con su historia: misteriosa y extraña. Me parece que encaja a la perfección con el relato.
También me parece que las ilustraciones están muy logradas, ya que con solo mirarlas, sin leer el texto, te enteras perfectamente de la historia.

Toledo

                                                                     


                                                               TOLEDO


En una pequeña casa de Toledo vivía Juana, una niña de padre carpintero y madre verdulera.
No poseían mucho dinero, pero si lo suficiente para tener comida en la mesa y una cama donde dormir. 
Su casa estaba cerca de la catedral, por lo que Juana muchas veces iba a rezar allí. De tanto ir ya tenia su propio escondite al rededor de la catedral, una especie de cueva.
Un día se encontró un bloque de madera donde ponía "El Greco" ella no sabia lo que era así que decidió usarlo como mesa para tomar su merienda.
Al día siguiente fue con el colegio de excursión. Fueron andado, ya que en esa época no existían los autobuses etc. Tanto ella como sus compañeros no sabían a donde se dirigían pero estaba muy cansados.
Primero cruzaron La Plaza del Consistorio, después La Calle Taller del Moro y por último La Calle San Juan de Dios.
Por fin llegaron, era un gran edificio donde ponía "Museo del Greco", Ella se quedo pensativa un rato, ya que el nombre le sonaba, pero no consiguió recordar nada.
Más tarde recordó que ere al nombre que ponía en su mesa de la merienda.
Tras finalizar la excursión fue corriendo a su cueva para ver si de verdad era el mismo nombre, si que lo era, no se lo podía creer se podía llegar a hacer rica. Fue a su casa y avisó a sus padres los padres rápidamente se lo dijeron a un experto y ganaron tanto dinero como nunca pudieron tener.


ARTE EN TOLEDO (1º PARTE)

Toledo es una ciudad que se encuentra en la España Central, y es la capital de la Comunidad Autónoma de Castilla LaMancha. Situada en la margen derecha del Tajo, en un colina sobre el río.

Mauricio Delgado era un vulgar personaje hijo de un herrero venido a menos, que tuvo la buena o mala fortuna de ser un apasionado de la pintura desde temprana edad. Ya en sus años de juventud rondaba las proximidades de la "Escuela de Artes y Oficios" de Toledo, y cada vez más a menudo se colaba en las clases del noble arte de pintar.
Ocurrió un día, para su desgracia, que se produjo un robo a uno de los profesores de pintura, y siendo Mauricio el único extraño en las clases, todos vertieron las culpas conta él; y de esta forma fue a dar con sus huesos en la prisión de Toledo, no habiendo cometido mayor pecado que estampar sobre un lienzo ageno los colores de una paleta olvidada por algún dueño despistado.
Pasó así Mauricio siete largos años entre rejas, durante los cuales no tuvo mayor distracción que alimentar su gusto por la pintura que años atrás despertó su talento.
Una vez en libertad y sin un techo en el que cobijarse en las frías noches toledanas, anduvo durante horas por las calles de la ciudad hasta llegar a "las Cuevas de Hércules". Con decisión se adentró en las ruinas, descendiendo hasta lo más profundo de la cueva, donde encontró un hueco del que hizo su pequeño mundo oscuro, pues todas las noches acudía al mismo sitio a descansar de las andaduras del día. Convirtióse en costumbre la intrusión nocturna en las cuevas, en las que Mauricio fue almacenando y escondiendo poco a poco varios útiles de pintura disimuladamente hurtados.
Fue la noche más oscura del mes de noviembre cuando se le ocurrió una idea que acabaría convirtiéndose en un plan perfecto que le llevaría a la gloria deseada. Sin pensarlo dos veces y con gran sigilo, salió de su escondite y se encaminó rápido a la Calle de la Trinidad, pasando por las Bóvedas Romanas de Nuncio Viejo. Tras alcanzar la Iglesia de Santo Tomé y dejar a un lado el Palacio de Fuensalida hallóse frente a su objetivo: "El Museo del Greco".
Hábilmente se adentró en el museo sin ser visto, siendo el frío y la oscuridad los únicos cómplices e su delito.

CONTINUARÁ...

domingo, 28 de abril de 2013

Coraline, el origen

Mi versión de: Coraline
Coraline, el origen

María tenía un don, por eso, su familia y ella se mudaron a una casa en medio del campo, a las afueras de la ciudad, compartiendo una casa con un grupo de viejos locos, osea que si María usaba su poder y ellos decían algo, la gente lo atribuiría a su locura. 

Nada más llegar a la casa, María se puso a explorar. Al rato encontró una puerta que daba a una sala que no había visto en el mapa de la casa. Al ir a ver si reconocía alguna habitación, vio a su madre cocinando, lo que era extraño, dado que siempre cocinaba su padre. Cuando le iba a preguntar dónde estaban y que hacía ella cocinando, esta se dio la vuelta y María vio que no era su madre, era solo una señora que se le parecía mucho, la única diferencia era la cicatriz en forma de círculo, roja y asquerosa, que tenía sobre el pómulo derecho.

Cuando María iba a salir corriendo, la señora la agarró, pero María estaba preparada, usó una  cacerola para darle en un lado de la cabeza y poder escapar. Al salir de la casa, encontró un gato, dado que su poder era que podía comunicarse con los seres vivos; animales o plantas; unicelulares o pluricelulares, el gato pudo contarla que estaba en un mundo paralelo,  que le podía parecer hermoso, pero tenía que escapar de ahí o no podría salir jamás.

cuando María intentó escapar, con su nuevo amigo en brazos, pero esa señora no les dejó escapar y tuvieron que volver al bosque. Una vez allí, María llamó a todos los animales del bosque, aparecieron gatos, perros, jabalíes y algún que otro ciervo. Al llegar todos,  fueron a enfrentarse a la señora, que ya no era una señora, era una especie se masa gigante y gris con una cara que daba miedo. Les costó mucho derrotar a ese ser, pero lo consiguieron, y María volvió a casa. el único problema fue que hubo que volver a hacer las maletas e irse, pero ya habían encontrado compradores, un matrimonio con una hija de nombre extraño... Caroline me parece que se llamaba; en fin, que espero que ellos no tengan ningún problema con ese ser.
El Fantasma

Injusticia en Toledo



La gente llena la plaza, todos gritan el nombre de las mercancías que venden para llamar la atención de gente como yo. La gente compra y vuelve a su casa cargada de alimentos que más tarde se convertirán en la cena. Todos pasan de largo despreocupados y alegres, como si nada en este mundo fuese mal, pero se equivocan, todo va mal. La inquisición puede con todo, mejor dicho, con todos. Da igual que grites o que tus argumentos sean realmente buenos, ellos siempre tienen la razón. Mi padre, como muchos otros, no quiere darse cuenta de la gravedad de la situación y, aunque se diese cuenta, no haría nada al respecto. La cobardía abunda en esta ciudad, pocos tienen las agallas de enfrentarse, y los que lo hacen mueren. Comienzo a caminar arrastrando los pies cuando, de pronto, alguien me agarra del brazo. Es Samuel, mi mejor amigo desde que apenas era una niña, me sonríe. "¿Comprando?" me pregunta, niego con la cabeza, "paseando entonces" dice, "pensando" le contesto. Caminamos en dirección a la judería en silencio, al  llegar, el silencio se rompe. Una mujer gritando pasa corriendo a nuestro lado, un humo se eleva a lo lejos. Mi amigo me suelta la mano,"¡vete!" me grita. Me avergüenza decir que no replico y empiezo a correr hacia mi casa.  Al llegar mi padre me saluda, pero paso de largo y voy corriendo a mi habitación. La realidad me golpea como un cubo de  agua fría, he dejado a mi amigo en medio de un podgrom. Soy una cobarde. Me siento terriblemente avergonzada. Comienzo a llorar y tras unos minutos en silencio y sin darme cuenta me quedo dormida. El sol empieza a salir, no se cuanto tiempo llevo dormida. Después de recordar salgo a la calle corriendo como alma que lleva el diablo. Vivo cerca de la catedral y la judería no queda lejos. Al llegar, el corazón se me para y contengo la respiración. El humo continúa inundando el aire, pero eso no es lo peor: familias enteras frente a lo que antes eran sus casas, niños sollozando "¡papá, mamá!", mujeres gritando, gente que todavía trata de apagar las llamas. Entre tanta gente será imposible encontrar a una persona. ¿Y si está muerto?, esta pregunta consigue hacerme llorar. Es entonces cuando oigo mi nombre. Me giro buscando esa voz que no parece estar muy lejos. Cuando comienzo a desesperarme unos brazos me cogen: es mi padre. Tras un torrente de preguntas, comienza la caminata de vuelta a casa. Casi he llegado, me doy la vuelta una última vez, acto seguido grito y comienzo a correr. Es Samuel, está allí, sano y salvo, un poco chamuscado, pero aquello no importa, está y eso es lo importante. Alguien me agarra, unas manos frías y duras, al mirar a mi alrededor  comprendo lo que sucede. Samuel no está a salvo, ni mucho menos, se lo están llevando para ser juzgado. "Apártate", me dice el hombre que me sujeta, pero en este momento, yo ya no tengo miedo, me pongo frente a Samuel y digo :"por encima de mi cadáver". Samuel grita: "¡no lo hagas, nos juzgarán a los dos!". Entonces, mi padre llega, en el momento oportuno para oír: "bien, os llevaremos a ambos". No tengo muy claro lo que sucede a continuación, solo se oyen gritos y más gritos, es entonces cuando uno pierde los nervios, veo a mi padre caer al suelo con una espada clavada en el pecho: acto seguido, me desmayo.
Abro los ojos, Samuel me mira preocupado, mi cabeza da vueltas. Cuando miro a mi alrededor, descubro que estoy en una habitación vacía y oscura que huele a humo.  "Mi padre..." murmuro, Samuel me mira, "lo siento" dice, "no pude hacer nada". Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas. Ahora estamos solos, solo nosotros para cuidar el uno del otro. Aprieto los puños con fuerza, la rabia inunda mi cuerpo y mi alma. Samuel me rodea con sus brazos.  El mundo es muy injusto; los indiferentes no hacen nada, los poderosos consiguen lo que quieren, los inquisidores siguen cometiendo injusticias, los justos son ajusticiados, y los que piensan de manera distinta se callan o esperan entre los escombros la más mínima oportunidad de ser escuchados.

Leyenda toledana

Cuentan que cuentan que había, 
una cueva bien tapiada.
Con losas de dura roca,
y con cemento reforzadas.

Se narraban habladurías,
de lo que esta guardaba.
Un tesoro en una caja,
de alguna que otra alcazaba.

O tal vez sería,
una princesa encerrada.
Como siempre a la espera,
de que alguien la rescatara.

Nadie se esperaría,
bajo la calle Gaitanas.
Al dios Hércules que aguarda,
su liberación anhelada.

Por eso se la llamaría,
la cueva del dios que se menciona.
Y se prohibió la entrada,
para evitar su llegada.

Escuchose esta leyenda en la mezquita de las Tornerías, y, entre los oradores, se encontraba Abdel, un chico muy curioso para su edad, pero tan ingenuo como uno de diez años. Nada más acabar de rezar, se fue corriendo a la cueva. rascó el cemento y quitó las piedras una a una. Al acabar la tarea, se asomó para ver que había ahí, pero antes de poder ver nada, le deslumbró una luz cegadora.

Hércules consiguió apoderarse de su cuerpo, y se vengó en los descendientes de los que le encerraron en la cueva. Aún se encuentra entre nosotros, y puede ir a por ti; si te encuentra, estás perdido, la única forma de salvarse es venderte a él, vender tu corazón.

viernes, 26 de abril de 2013

OPINIÓN PERSONAL SOBRE EL CÓMIC: LA BICICLETA ROJA

 
LA BICICLETA ROJA
 
La bicicleta es un cómic original, normalmente todos los cómics tienen un mismo argumento: "los enamorados por fin se casan", "superman derrota al villano", "Mafalda hace un nuevo amigo"... Pero en este caso hay muchos y variados argumentos. El cómic está dividido en varios capítulos (30 exactamente), todos ellos no duran más de dos páginas y a su vez cada uno es diferente del anterior, hay algunos más bonitos e interesantes que otros, por ejemplo el capítulo que más me gusta es cuando el cartero va a visitar a una muchacha y días más tarde cuando va a volver a visitarla se entera de su muerte y va a la iglesia del pueblo a dejarle las cosas que a ella más le gustaban. Otro capítulo que también me gusta mucho es el capítulo en el que hay una niña pequeña que está esperando a su abuela que está en el campo y está muy aburrida y de pronto ve al cartero, el cartero ve que la niña está sola y con cara de pocos amigos, él le da un caramelo y le dice:"- Toma un caramelo, siempre los llevo encima por si me aburro, pero parece que tú lo necesitas más que yo hoy", al día siguiente la niña vuelve a encontrarse con el cartero y le dice que su abuela se a vuelto a ir al campo y que está sola, pero el cartero ve a la abuela que está llamando a su nieta, en ese momento comprende que lo que la niña quería era otro caramelo, este capítulo me encanta ya que es muy gracioso y la niña se parece mucho a nosotros, para conseguir lo que quiere es capaz de hacer una pequeña mentira.
 
El personaje principal es el cartero, es un chico amable y educado y a la vez simpático, comparado con los anteriores cómics que me he leído, que en ellos el personaje principal era el típico héroe que salva a todos y se queda con la chica este personaje me parece un tanto original y a la vez extraño.
 
Las historias están ambientadas en Japón, me parece un lugar mágico, y en los dibujos del cómic está muy bien representado.
 
Cuando se acaban los capítulos, hay un párrafo con una frase, algunas significan algo especial, como por ejemplo: "Un padre dejará siempre los mejores calcetines para sus hijos, y él se quedará con los que están raídos", leído así no tiene mucho sentido, pero si te fijas bien es verdad, dicho de otra forma, los padres siempre te dejaran lo mejor porque para ellos tu eres lo más importante de su vida.
 
Os recomiendo que lo leáis, es un cómic cortito y muy fácil de leer.
Una parte del cómic en la que sale el cartero y una de las frases.

jueves, 25 de abril de 2013

LEYENDA DE TOLEDO


LA TRÁGICA VERDAD

 

Aquella noche era igual que todas para Matías, después de cenar se fue a dar su paseo nocturno (como de costumbre) por las antiguas calles de Toledo. Pasó por la casa del Greco, que aun Antonia seguía terminando de limpiar el gran hostal, subió algunas calles hasta llegar a su iglesia favorita, la iglesia de San Román. El párroco del pueblo, Don Julián siempre dejaba la puerta abierta por si algún feligrés se acercaba a rezar. A Matías le encantaba esa iglesia porque desde que tenía uso de razón subía al campanario a jugar con su íntimo amigo Fernando, fue allí donde se conocieron, y fue allí también donde pasaron los mejores momentos juntos.

Eran las once de la noche y gracias a  un pequeño candil Matías puedo subir las viejas escaleras hasta llegar a  la torre más alta de la iglesia, desde ahí, se podía ver todo el pueblo: la posada de Don Ernesto y Doña Juana, la confitería de Candela, la zapatería de Don Pedro, etc. Allí arriba Matías se sentía como en casa, podía respirar aire puro y podía oír el piar de algún pajarillo aun despierto. Pero al bajar las escaleras siempre le asaltaba la misma incertidumbre, ¿de verdad existía el fantasma de la mujer de Don Pedro? La mujer del zapatero, Doña Francisca, había fallecido años atrás en esa iglesia. Hay quienes dicen que le dio un infarto mientras rezaba (debido a su mala salud), hay otros que dicen que había muerto pidiendo perdón a Dios por los pecados que en el pasado había cometido, y el resto dice que había muerto del susto de ver al demonio encarnado… Para Matías todas estas conjeturas no eran más que patrañas para hacer daño a la familia, porque además de estar casada, Doña Francisca había tenido un hijo, el señorito Fernando, nada más y nada menos que su mejor amigo. Por ello cada vez que los pueblerinos hacían algún comentario a Matías le incomodaba hablar del tema. Fernando era solo dos años mayor que él y para Matías era como un hermano mayor, pasaba todo el tiempo que podía con él, dormía muchas veces en su casa y “vice versa”, por lo tanto Doña Francisca era como una segunda madre para él y cuando se enteró de su muerte le dio un vuelco al corazón, pero más dolido se quedó cuando supo la verdadera causa de su muerte… Doña Francisca tenía muchos problemas, tanto físicos como psicológicos, en más de una ocasión percibió como le gritaba a su hijo y como le pegaba. Fernando se mantuvo firme en todo momento, incluso cuando su madre le amenazaba… Pero pasaron los años y Fernando empezó a estar harto de aquellos modales para con él, así que una tarde mientras su madre rezaba en la iglesia, enfundó el puñal que había estado reservando para aquella ocasión y sin ningún miramiento se lo clavó justo en el corazón, donde ella más daño le había hecho.

Desde que Matías se enteró de la trágica verdad no volvió a saber de Fernando, pero supuso que no pudo con la culpa y se fue a reunir con su madre. Y así fue, meses después de su desaparición le llegaron noticias de él, le habían encontrado muerto en la ribera del río que rodea a Toledo.

miércoles, 24 de abril de 2013

LEYENDA DE TOLEDO


Cuenta la leyenda que, en la antigua ciudad de Toledo, cristianos y judíos vivían separados.
Pero un día Clara (la hija de una familia cristiana rica), mientras paseaba por la ciudad se adentró en la judería, no permitida para los cristianos. Un joven judío, el llamado Samuel, quedó prendado de Clara y, aun sabiendo que era cristiana, se presentó y los dos empezaron a hablar, pero Clara y Samuel no debían estar juntos, y  menos donde Clara corría peligro, por tanto se despidieron y prometieron verse al siguiente día, al amanecer, donde nadie les descubriese. Ese sitio era la Puerta del Sol.
Allí se reunían todos los amaneceres, donde se iban enamorando uno del otro cada vez más.
Todo era feliz para ellos, hasta que, un jueves amanecía en Toledo y Samuel salía hacia su lugar de cita con Clara, pero no sabía que su vecino les había descubierto antes y les había denunciado a la guardia.
Clara y Samuel estaban tomados de la  mano en la Puerta del Sol cuando, de repente, oyeron cascos de caballo que se acercaban a toda velocidad. Samuel y Clara corrieron y corrieron y, al llegar a la muralla, Clara empezó a trepar por el muro seguida de Samuel pero, al llegar a arriba, Clara resbaló y se cayó, pero Samuel la cogió a tiempo para salvarla.
Los guardias se acercaban y, al ver que todavía podía salvarse él, Samuel soltó a Clara (no sin antes decirla que la quería y que lo sentía), y Clara cayó al vacío y murió.
Dicen que, al pasar al pie de la muralla, se oye el llanto de Clara, la joven cristiana, que se lamenta por su mala suerte y por la traición de su amado Samuel.

domingo, 7 de abril de 2013

Cuento opcional del cómic Arrugas


Don Gustavo

Recuerdo como le quería, la cantidad de veces que reí y llore a su lado. Sabía hacer sentir especial a cualquiera, sus bromas sus sorpresas, sus locuras… hacían que mi vida aquí fuese algo más interesante día a día… él se llamaba Pedro o Pepe o incluso hubo días que llegó a llamarse María, pero para mí siempre fue Gustavo, Don Gustavo.
Yo trabajaba en una residencia y sinceramente no recuerdo cuanto tiempo llevaba Gustavo con nosotros, pero sí sé que era un fanfarrón y un desagradecido, nunca quería hablar con nadie y si lo hacía lo hacía, de muy malas maneras. Pudo ser así, hasta que me conoció, o eso decía él y siempre me repetía: “Sara, hija mía, me has cambiado la vida.” Pero la vida me la cambió él a mí.
Yo le cuidaba y aunque estaba en plena forma, tenía una gran barriga, que cada vez que se reía ésta se movía al compás de su risa como si le acompañara, apenas tenía pelo solo un par de cabellos blancos, y una sonrisa que podía hacer sonreír hasta la mínima persona que se veía incapaz de ello… cuantas veces me ayudó a mí su sonrisa…
Un día mientras dábamos nuestro paseo diario por el parque, le pregunté el motivo de su desprecio por estar con la gente, él me respondió diciendo: “verás, llevo aquí más años de los que puedas imaginar, ni siquiera yo los recuerdo, solo sé que he visto morir a tanta gente que no quiero coger cariño a ninguna más.” Sinceramente al escuchar esto me quedé perpleja, era la primera vez que le veía decir más de dos o tres palabras y precisamente no las decía con un tono muy borde. Continué la conversación diciendo: “coger cariño a la gente no tiene nada de malo, al fin y al cabo todos morimos algún día.” “Sara, tu eres joven, tú no has visto como tu familia moría en tus brazos y tu único hijo te abandonaba en esta residencia… Sabes tú eres especial, Sara, hija mía, tú me has cambiado la vida.” Después de decir eso no pude evitar las ganas de darle un abrazo, y así lo hice.
Desde aquel momento Gustavo era una persona diferente hacía reír a la gente. Ayudaba a los demás, aunque él tuviese problemas, eran más importantes los demás. Aquel hombre consiguió cambiar esa residencia para siempre. Todos estaban contentos y alegres de vivir en un sitio dónde se sentían especiales aunque hubiese o no una enfermedad que les acechara, como a Gustavo, se guardó el secreto para seguir haciendo sentir importante a los demás…
Él tenía problemas de corazón, verdaderamente muy importantes, pero le deban igual. Hasta que un día, lamentablemente para todos, le dio un infarto. Le llevaron a la enfermería y le atendieron lo mejor posible, pero allí acabaron sus sonrisas que tanto nos ayudaron.
Recuerdo que no pude llorar más, nunca había imaginado que ese momento llegaría y por desgracia, había llegado. Fui al hospital a despedirme y allí en su lecho de muerte me repitió la frase que me hizo quererle tanto: “Sara, hija mía, me has cambiado la vida.” Después cerró los ojos y su corazón durmió para siempre. 

jueves, 4 de abril de 2013






POEMA



Todos saben qué decir

Todos saben qué pensar

Todos dicen sin dudad

Te quiero de verdad.

Versos, rimas y poemas

Es lo que tú me das

Y sin dudarlo no voy a decir más

Todos saben la verdad.



miércoles, 3 de abril de 2013

Taller literario



TALLER LITERARIO


Los árboles del invierno,
Los caminos al amanecer,
Las noches claras,
Eran largas para él.


Sus mejillas sonrojadas,
Sus ojos color miel,
La vista perdida,
O perdido él.


Ni miraba la luna,
Ni los árboles, ni los valles,
Ni las estrellas del anochecer.
La vista perdida,
O perdido él.



Sara Sánchez Nistal

Mi chica

Cabellos rubios,
luces de madrugada,
Esos labios,
en esa parada.

Ojos azules,
recuerdos de zafiro,
creas papeles,
creas papiro.

Tu corazon,
de cristal,
suena tanto,
como un campanar

En una noche suelta,
me encuentras te encuentro,
me gritas te grito
me odias te quiero