Una vez estuve en un mundo que... 

Aquella tierra que no volveré a ver, aquella tierra nacida en mi imaginación, es el recuerdo que más va a ocupar en mi corazón.

Aquel paisaje era hermoso. Ver como los pájaros cantaban, como el sol iluminaba el lugar... me hacía pensar que estaba en el paraíso. La ciudad no era muy grande pero con muchos árboles y demasiadas fuentes.  Las casas muy grandes y carreteras muy estrechas. En este paraíso yo me solía divertir con mis amigos pero sobretodo con uno es especial llamado Pedro. Él no era muy alto, tampoco era muy moreno. Tenía unos ojos como rubíes, era delgado y hermoso. Además simpático y amable. Con él me pasaba muchas tardes jugando. Era una ingenua. Me trataba bien y yo le trataba igual pero el mal seguía creciendo en él. Sin mi Pedro hubiese sido igual de feliz. No me apreciaba por mi forma de ser, sino por lo que tenía. Pedro quería conocer el mundo real y no estar en una imaginación. Él no amaba ese paraíso sino el horrible mundo que hay detrás de todo eso. Acabe mal, muy mal y no aguantaba más el dolor que me estaba haciendo asique decidí terminar todo esto con un simple pellizco en el brazo izquierdo.